Pues sí, seguimos con esa rutina que comentaba en la anterior entrada sobre los libros de Harry Potter de leerle un cuento casi todas las noches al PequePirata.
Sin embargo, como también señalaba entonces, no termino de encontrar en casa libros adecuados para leerle. Algunos son demasiado de mayores, otros son demasiados de pequeños… y muchos otros están pensados en ser leídos, no contados. Sí, te miro a ti, Gerónimo Stilton.
Es lo que mismo que me pasa con los títulos de la Serie Azul de El Barco de Vapor. Están orientados a que los lean ellos mismos, con un montón de dibujos y poco texto, con lo que te los acabas en un pispás cuando los lees en voz alta. Pero un día se me ocurrió… ¿y los de la Serie Naranja? Vale, son para 8+, pero suelen ser más largos y con menos imágenes. Y de todos modos ¿qué temas pueden tocar los libros de 8+ que no sean aptos para un peque de 7?. Así que decidí echarle un vistazo a ese catálogo.
De esa manera me topé con El Tesoro de Barracuda, de Llanos Campos. Hace tiempo que había probado a leerle al PequePirata La Isla del Tesoro, pero tanto lenguaje anticuado y tanta jerga marinera hacían que él me interrumpiera cada poco para preguntarme las cosas que no entendía. Cosa que me encanta que haga, por cierto, pero que hizo muy pesado ir avanzando en la trama. Así que un libro de piratas escrito para 8+ tenía que ser más fácil de leer… y oye, que el primero había ganado el premio El Barco de Vapor de 2014, así que no debía estar nada mal.

Y efectivamente, no sólo está bien, es que es de esos libros que me gustaría haber escrito a mí. La premisa es sencilla: los piratas del Capitán Barracuda encuentran un libro en lugar de lo que creían que era un tesoro, y, cuando aprenden a leer para descifrarlo descubren lo útil que eso de la lectura para muchas otras cosas en la vida.
A partir de ahí, a través de los ojos del grumete Chispas vamos siguiendo las peripecias de la tripulación tras la pista del tesoro, mientras se van topando con multitud de situaciones donde saber leer no sólo les facilita las cosas, sino también les saca de más de un apuro serio. Pero ¿cómo se las habían apañado hasta entonces sin que nadie supiera leer?
Hum… interesante punto de partida para alguna aventura rolera 😉
El caso es que la narración discurre de manera ágil pese a que apenas hay acción para ser un libro de piratas. De hecho, la única pelea a la que asistimos es más estilo Bud Spencer y Terence Hill, con bofetones y dientes saltando. Pero aun así el viaje se nos hizo muy entretenido, con sorpresas y alguna revelación sorprendente… hasta que nos topamos de morros con un cliffhanger final de aúpa.
Ah, pero ¿que había más libros?
Pues sí, hasta ese momento no sabíamos que estábamos frente a una trilogía… y claro, con ese final no nos quedó otra que pillar Barracuda en el fin del mundo.

La historia comienza justo a continuación de donde lo dejó el primer libro, y el principio (un poco de spoiler) transmite muy bien el desamparo y la angustia de un peque que se encuentra solo en mitad del pueblo pirata por excelencia, sin amigos y donde cualquiera puede meterse con él. Ni yo mismo tenía muy claro por dónde podía salir el protagonista. Y aunque logra ir sorteando el día a día, la tensión no deja de aumentar por cierta amenaza que le acecha en todo momento.
Hasta más o menos la mitad del libro no descubrimos qué ha pasado con el resto de la tripulación, y entonces comienza un viaje hacia la China donde… bueno, es que tampoco quiero hacer demasiados spoilers de la trama. Sólo diré que durante ese viaje se produce una de esas sorpresas que te cambian no sólo este libro, sino también el anterior, dejándonos tanto al Pequepirata como a mí con la boca abierta.
La sensación que me dejó al final es mixta. La primera parte en Tortuga es la mejor, llena de situaciones tensas y esa sensación continua de «¿cómo saldrá de esta?». La segunda parte, en cambio, flojea en cuanto a ritmo y a giros de guión (salvando ese sorpresón que comentaba al principio), pero sigue siendo una aventura entretenida. El conjunto no está mal, pero me parece que se resiente de no tener un tema central tan marcado como el primero.
Y hablando de comparaciones con el primero, éste no acaba con un cliffhanger tan brutal como aquél. Sí, al final se dice que tal vez habría que explicar qué ocurrió después… pero podrías dejar la historia aquí y sería un buen cierre. Pero claro, habiendo un tercer libro con un nombre tan tremebundo como Barracuda, el rey muerto de Tortuga… ¿cómo no vas a comprarlo?

Y sin embargo, me ha parecido el libro más deslavazado de los tres. Si al segundo libro le faltaba un tema central, aquí se hace bastante más notorio con algunos capítulos «de relleno» que sólo aportan el estar en compañía de nuestros piratas favoritos, sin avanzar la trama mucho más. Pero se compensa en parte con formas narrativas que no habíamos visto hasta ahora en la serie: flashbacks, flashforwards, elipsis narrativas de varios años, etc.
La historia de este libro también se divide en dos partes. La primera es la última gran aventura de la tripulación de Barracuda, que acaba con una sorpresa (no tan impactante como la anterior), una elipsis temporal y una forma de subrayarla en la numeración de los títulos que me gustó por lo original. Y después, una larga despedida (demasiado larga para mi gusto) y un breve epílogo donde Llanos Campos se permite aparecer en su propio libro, explicando cómo encontró los manuscritos que luego se convertirían en esta trilogía.
Como decía, es el que más cuesta arriba se me ha hecho de los tres. Me pareció detectar un cierto agotamiento, un no saber muy bien por dónde llevar a estos personajes. Normal si los pintamos como gente que no quiere evolucionar a nada más, empezando por el propio Barracuda. A estos piratas sólo les motiva la aventura, el estar juntos, el buscar otro tesoro. No les gusta establecerse ni construir ni pensar en el futuro. Claro, con esos mimbres ¿por dónde les llevas? Bueno, a mí se me ocurren algunas ideas, pero claro, es muy fácil ver los toros de la barrera, jejeje.
Pero tampoco quiero que quede la impresión de que es un mal libro: simplemente flojea en comparación con los anteriores. Aun así leyéndolo hemos pasado unas muy buenas noches llenas de risas, aventuras trepidantes y sopresas… y tiene la anécdota que más ha hecho reír al PequePirata, protagonizada por ese gran personaje que es John «la Ballena». Esas costilliiiitas con pataaaaataaaas… 😜 Ya sólo por eso, estupendísima inversión.
En definitiva, una muy buena trilogía piratesca para pasar un veranito leyendo, imaginando las olas, el Caribe y el Mar de la China. Pero también ha habido una adaptación del primer libro a obra de teatro de sombras, y parece que está en camino una peli de animación. Así que tiene toda la pinta de que, lo queráis o no, al final acabaréis encontrándoos al Capitán Barracuda y a su tripulación…