Lo sé, una reseña más entre las millones que ya hay, y encima llega muy tarde. Pero siendo éste un blog donde sale Star Wars de forma tan recurrente, ¿cómo iba a faltar aquí una reseña sobre la última película?
Además, esperar tiene sus ventajas. Cuántos escribieron sus reseñas durante las primeras semanas, sin poder hablar del gran SPOILER por temor al apedreamiento o a cosas aún peores…

Hablando de SPOILERS, este gráfico del maestro John Kovalic dice que si a estas alturas te destripo la peli, la culpa ya es enteramente tuya. Así que ya sabes.
Y cuántos las escribieron en pleno subidón de su entusiasmo o su desagrado, sin dejar reposar sus emociones o añadir esos matices que te da un segundo visionado. Todo por el ansia de ser de los primeros.
Tengo que confesar que estuve a punto de sucumbir a ese ansia. A fin de cuentas mi Reina y yo la vimos el mismo día del estreno en Kinépolis, con mis cuñados y con mi Princesa disfrazada como Leia, y cuando salí no pude resistirme a tuitear esto:
Es verdad que en el trayecto de vuelta ya se me iban ocurriendo algunas pegas argumentales, pero qué diablos, había disfrutado como un enano durante toda la proyección. Y en cuanto llegué a casa empecé a volcar en un borrador del blog todas las ideas sueltas que se arremolinaban en mi cabeza.
Sin embargo, durante los días que trabajaba en esta entrada fui viendo que una parte de los waries de cuyo gusto me suelo fiar salía de los cines echando pestes. Al principio no le daba mayor importancia, es normal que no siempre coincidamos en todo. Lo que ya me dejó bastante preocupado fue una conversación que tuve en Facebook con Paco Limón.
A Limón le conozco desde el siglo pasado, cuando formábamos parte de Patrulla Vecinal. En su estudio vimos por primera vez el trailer del Episodio I y los dos tuvimos que enjugarnos las lágrimas de la emoción. Y los dos, junto con el resto de Patrulla, salimos de aquel estreno cagándonos en las muelas de Lucas. Imaginaos cómo sería la cosa que todavía me acuerdo de su cara de aquella noche… y lo más gracioso es que él también se acuerda de que se me quedó a mí, hace ya 16 años.
Así que entenderéis mi perplejidad cuando afirmaba que había salido tan decepcionado y cabreado como entonces, y que yo debería quitarme las toneladas de nostalgia que me habían echado encima para poder ser objetivo. ¿Cómo era posible que su percepción de El Despertar de la Fuerza fuera tan diferente a la mía? ¿Sería verdad que se me había nublado el juicio por completo?
Por eso decidí dejar a un lado el borrador de esta entrada y esperar a un segundo visionado. Esto ocurrió el pasado 9 de enero, y hoy, después de una digestión a lo Sarlacc, creo que ya estoy en condiciones de poder hacer una reseña bastante más objetiva.
Al turrón

Star Wars VII : El despertar de la Fuerza es un peliculón con un ritmazo que apenas te deja respirar, con protagonistas con los que empatizas a la primera y con ese sentido del humor que considero tan esencial de Star Wars como la mismísima Fuerza. Y las dos veces he salido con una sonrisa de oreja a oreja, preguntándome cómo se han podido pasar dos horas y cuarto sin haberme dado cuenta.
Sí, sí, las dos veces. Y eso que en la segunda ocasión entraba ya sabiendo que no es una peli redonda. Que no lo es.
Y si no lo es… entonces ¿qué tiene para que la haya disfrutado en ambas ocasiones, sin importarme un pimiento los agujeros en la trama o que se trate o no de un remake? Pues después de echarle una pensada creo que son…
Los personajes
Rey debería dar bastante asco porque le sale bien casi todo, desde pilotar acrobáticamente el Halcón Milenario (aunque me llevaba las manos a la cabeza cada vez que lo rozaba con algo) hasta utilizar la Fuerza de forma instintiva. Pero entre su pasado, sus reacciones y sus relaciones con los demás han conseguido que sea sencillamente adorable.
Con Finn empaticé desde que se negó a disparar a los aldeanos y su trasfondo me pareció de lo más interesante: ¡un soldado de asalto renegado! Normal que quiera huir lo más lejos posible de la Primera Orden y que sea bastante inocentón, lo que provoca los puntazos de humor con los que más me reí.
Y si los dos ya funcionan por separado, cuando están en la misma escena mola verlos discutir, darse órdenes, protestar y admirarse mutuamente. Hacía tiempo que unos personajes no me caían tan bien desde el primer momento.

No me esperaba que BB8 resultara aún más expresivo que R2 o C3PO, fíjate. Como contraste, Poe Dameron me pareció bastante plano en general, aunque sus primeras frases con Kylo Ren le definen muy bien, a él y al tono general de la película. Habrá que ver qué tal en las siguientes.
A estos nuevos personajes se añaden el Han Solo fanfarrón y gruñón de siempre, aunque ya muy cascado, y a un Chewie por el que no pasa el tiempo. Y la mezcla con los nuevos es irresistible: Han flipándolo con Rey sin reconocerlo abiertamente y desesperándose con Finn y sus cosas, el wookie alcanzándole una capa a Solo en plan “ponte esta rebequita, que refresca”, etc etc. Juntos forman un grupo cuyas aventuras me hubiera encantado seguir sólo por ver cómo se llevan, un poco lo que me pasaba con los tripulantes de la Serenity en Firefly.
Como contraparte tenemos una panda de niñatos en prácticas recién salidos de la Academia de Malosos. Muy lejos del empaque de Vader, por supuesto, aunque sospecho que ésa era la intención: retratarlos como unos matoncillos juveniles acostumbrados a masacrar mindundis, pero que en cuanto las cosas se ponen serias no dan la talla. ¿Tal vez los veamos «madurar» durante la trilogía?
Mientras eso sucede o no, ahí tenemos al General Hux, clarísimamente un pijo de 5º de General Malvado cuyo papá le ha enchufado para el mando de la Star Killer. Y es evidente que es lo único que ha tenido para llegar ni más ni menos que a General, eso y su capacidad de peloteo a Snoke. No hay más que ver esa voz de pito, esas dotes de mando nulas y ese carisma inexistente… y por si su falta de capacidad fuera poco evidente, ahí tenemos ese risible discurso que no mueve a nada, seguramente copypasteado de otros discursos.
Al lado le han puesto a otro enchufado, Kylo Ren, que está ahí por ser familia de quien es. Sí, ha aprendido algunos trucos espectaculares, como congelar un rayo en el aire, paralizar enemigos o leer mentes, pero está claro que la Esgrima Básica con Sable Láser se la ha dejado para septiembre. Comete errores de juicio propios de un chaval sin experiencia y tiene poca tolerancia a la frustración, lo que le lleva a emprenderla a golpes con lo que sea cuando se le lleva la contraria. Eso sí, me convence completamente que se haya ido al Lado Oscuro sólo para tocarle las narices a un padre tan tarambana como debía ser Han Solo.

Como nota al margen, cada vez me convence menos que el Anakin de las precuelas se convirtiera en Darth Vader, hubiera pegado más que se convirtiera en alguien como Kylo. Sólo hay que comparar los accesos de ira de estos dos con los de Vader, menos pirotécnicos y mucho más precisos.
Y por último, me encanta que unos iconos de la saga como los soldados de asalto por fin hayan ganado algo de personalidad. No sólo por Finn, sino también por la capitana Phasma (aunque lo único que haga sea lucir armadura cromada), el ahora archiconocido TR-8R, los dos que escurren el bulto cuando les llama Kylo en plena furia, o esa soldado femenina que informa a Ren.
¿Cómo? ¿Que esto ya lo hacían en las precuelas y en las Guerras Clon? No sé de qué me estáis hablando 😛
El guión
Hacía tiempo que no estaba tan entretenido en un cine como para no mirar el reloj ni una sola vez. Lo que ya es de traca es que me pasara lo mismo también en el segundo visionado, cuando ya tenía en mente todos los «peros» que veremos después… y que se me iban de la cabeza en cuanto se apagaban las luces.
Me parece realmente admirable cómo han jugado con mis expectativas desde el primer trailer. Por ejemplo, siempre di por supuesto que Han y Chewie estaban a los mandos del Halcón cuando lo vimos por primera vez, y en la película me encontré con que no. Es decir, consiguieron ponernos cardíacos con los trailers sin desvelarnos casi nada de la trama, dejando que nosotros llegáramos a nuestras propias conclusiones. Sí, alguno dirá que era mucho mejor la historia que tenía en su mente, pero eso ya es otra cuestión.
Ese juego con mis expectativas también lo consiguieron en la propia peli, nada más y nada menos que con (chan chann…) la muerte de Han Solo.

Y es que en cuanto pisó esa pasarela sabía que estaba condenado a morir. Lo sabía. Pero ese diálogo entre los personajes, la actitud de Kylo (muy bien interpretado ahí, por cierto), las dudas que sembró su escena con el casco de Vader… todo consiguió hacerme creer que era posible que Solo consiguiera recuperar a su hijo. Y por eso me impactó que pasara lo que tenía que pasar, aun sabiéndolo desde el primer momento. Vamos, me parece magistral que consiguieran sorprenderme en una escena tan predecible. Tomo nota para ver cómo aplicarlo yo mismo.
Por cierto, la misma noche del estreno algunos amigos me abordaron por Whatsapp, impactados por la muerte de Han. Algunos no se lo creían, o directamente no les gustó porque les parecía una muerte poco heroica. A mí también me dolió que muriera mi personaje favorito de toda la saga… y sin embargo por otro lado me pareció la mejor muerte que podría tener: tratando de rescatar a su hijo del Lado Oscuro y de redimirse como padre. Aunque fallara.
Supongo que en mi apreciación influye el ser padre y que haya visto a Han Solo como un símbolo: alguien que fue muy grande hace tiempo y que les revela a sus sucesores que los mitos son reales, sólo que no exactamente como se cuentan… y que antes de pasarles el testigo les demuestra que los viejos rockeros aún siguen dando caña.
Eso sí, Han es un pésimo padre, lo que le pega totalmente al personaje. Y no sólo me refiero a no saber educar y tratar a su hijo, que así le salió el Ben. Es que no tiene ni idea de las dinámicas básicas que rigen en todas las familias. Porque a ver, en una situación como la suya, cuando has visto de lejos a tu hijo y no le has llamado la atención porque te hueles la tostada, si llega su madre y te pide que lo traigas de vuelta… ¿qué hubiera dicho cualquier padre con un mínimo de experiencia?
— A ver, Leia, que si hay que ir se va. Pero ya sabes que es mejor que vayas tú, que el niño te va a hacer más caso y no se va a atrever ni a rechistarte.

Y por último, ese pedazo de final… no importa las veces que los vea, esos tres planos de las miradas de Luke, sin decir palabra alguna, expresan más que doscientas líneas de guión. Su pena por tantas cosas. Por la muerte de Han. Por volver a tener que empuñar la espada. Por los errores cometidos en el pasado que le llevan de nuevo a esto. Porque no podía tomarse unas vacaciones sin que le tocaran otra vez las narices. Snif… llorando a moco tendido, oiga.
Pero…
Como decía más arriba, que la haya gozado las dos veces no implica que piense que es la perfección absoluta. Claro que tiene sus carencias, y algunas gordas. El tema está en que a mí no me parecieron tan graves como para chafarme la diversión.
A ver, es verdad que hay muchos detalles y situaciones que o son «exigencias del guión» o no están bien explicadas. Esto no sólo molesta o pone al límite la suspensión de la incredulidad, sino que también impide hacerte una idea clara del trasfondo para, por ejemplo, montar aventuras de rol en esta nueva ambientación. Lo peor es que casi todas las explicaciones parecen estar fuera de la película (en los libros, comics, etc que están publicando) cuando podrían haberse explicado dentro de ella con un mínimo de esfuerzo. O también es posible que estuvieran en el guión y se quedaran fuera en el montaje final… sea como fuere, lo que importa es que no están en el metraje que vimos en el cine.
Empecemos con la que más me pica. ¿Qué es esa Resistencia a la que pertenece Leia y el grupo, y por qué la financia la República? Más bien parecen comportarse como un grupo de Operaciones Especiales, una avanzadilla encubierta de la República para vigilar y hostigar a la Primera Orden. Sin embargo, al llamarles “Resistencia” parece que fueran algo totalmente distinto, como aquellos talibanes pagados y entrenados por los EEUU que luchaban contra los rusos en Afganistán.
Esto tendría su lógica si se nos hubiera explicado que la República y la Primera Orden firmaron la paz y ahora están en una especie de guerra fría, con la República apoyando terceros para hacerle la puñeta sin quebrar el alto el fuego. Pero ¿cómo pretendes negar cualquier implicación de la Nueva República cuando al mando de esa Resistencia está la mismísima General Leia?
Vamos, que no me basta con la escasa línea y pico que le dedican a explicar la situación geopolítica en el texto del principio. Y no creo que hubiera sido muy complicado dedicarle un par de líneas más, o aportar más información en los diálogos.

Y entonces llega el Diccionario Visual de El Despertar de la Fuerza y lo demuestra con esta explicación tan cortita que hubiera cabido en cualquier parte.
Seguimos con otro «pero»: que se vea desde Takodana (el planeta de Maz Kanata) la destrucción de la capital de la República. Vale, ahorra explicaciones de cómo se enteran los protagonistas de lo que ha pasado… aunque a cambio empequeñece el trasfondo (qué cerquita estaba todo, ¿no?) y plantea nuevas preguntas. Como por ejemplo, ¿cómo es que tiene que encargarse la Resistencia de una incursión de la Primera Orden al lado de la mismísima capital de la República? ¿En serio no había guarniciones de la Armada más cerca?
Esto entronca con lo de que las únicas naves disponibles para atacar la Star Killer sean los Ala-X de la Resistencia. No sé, me resulta difícil de creer que no sobreviviera ningún crucero o destacamento de la Armada de la República. Y menos estando tan cerquita todo.
Y… pasamos a la propia Star Killer. Reconozco que cuando la vi no pude evitar pensar “¿Otra Estrella de la Muerte? ¿en serio?”. Tiene delito que con amenazas galácticas tan chulas como la Forja Estelar de Caballeros de la Antigua República se vuelva a lo de siempre. Cabe la posibilidad de que J.J. Abrams quisiera hacerle un guiño al refrán de “no hay dos sin tres”. Eso sí, como me saquen una cuarta…
Por cierto, que no me queda claro si la Star Killer se puede mover a otro sistema o no. Lo suyo es que sí pudiera viajar a otro sistema y seguir absorbiendo soles para ir disparando por toda la galaxia. Sin embargo no queda nada explícito, y al final parece que la Primera Orden se ha gastado una salvajada en un arma que sólo puede realizar dos disparos y ya. Sí, es una chorrada comparado con otros agujeros de guión, pero como es una chorrada que me pica a mí y este es mi blog, pues aquí os la suelto. 😛
Un último ejemplo de falta de información fácilmente solucionable: lo gratuito que me pareció que un soldado de asalto soltara de repente el bláster para liarse a palos con el primer tipo que aparece, que en este caso es Finn. Incluso la segunda vez me siguió rechinando, aun prestando atención a ese grito de «traidor» y sabiendo por otros medios por qué lo hace. Creo que hubiera bastado que Finn le respondiera algo tipo “oh, no, tú otra vez” para que no quedara tan «porque sí».

No, aún no he acabado con los peros, me queda uno: la música. Señor Williams, incluso en las precuelas había un tema que se quedaba grabado en la cabeza, como el Duel of the Fates. En cambio en la VII no ha habido ningún tema que me haya impactado especialmente, y en general me ha pasado bastante desapercibida en los dos visionados. He tenido que escuchar la BSO después para empezar a familiarizarme con los temas de los distintos personajes y organizaciones… y sigo pensando que no tienen tanta fuerza ni son tan icónicas como podrían haber sido.
Lo curioso es que a mi Reina sí le sonaba de algo el tema de Rey, y estuvo dándole vueltas hasta encontrar de qué. Y es que si escucháis estas campanas que suenan a partir del minuto 0:14:
¿No resultan muy similares a estas otras, las que suenan a partir del 0:10?
¿Será un guiño del maestro Williams a Disney, o simplemente cosa nuestra?
Hale, ya están expuestos mis reparos. En cambio no me pican tanto las “casualidades” que parecen molestar por ahí. Cosas como que Han Solo se pasara por Jakku justo en el primer vuelo del Halcón en años, o que R2D2 eligiera justo el momento final para reactivarse. Si nos ponemos tiquismiquis la trilogía clásica también está llena de «coincidencias» de estas, como que los jawas decidieran vender los droides justo en la granja de Luke, teniendo todo un planeta para ello, o que el droide R4 que le vendieron al tío Owen se fundiera justo a tiempo de poder sustituirlo por R2. Son recursos habituales en el cine de aventuras en general, y de Star Wars en particular… aunque en este caso más que «casualidades» podríamos decir que son «los caminos de la Fuerza» 😛
Tampoco me chirrían las similitudes con la estructura del Episodio IV, pero esto supongo que son las secuelas de haber sido un fan acérrimo de El Equipo A, que básicamente hacían el mismo episodio cambiando la locura de Murdock y los taxistas que había que proteger por camioneros. Esto no me impide reconocer que podrían habérselo currado más y haber arriesgado, ojo. Es sólo que no me parece algo tan terrible.
Y para ir concluyendo…
Pues no puedo estar más contento de que éste haya sido el primer Star Wars que mi Princesa ve en el cine, la verdad. Un pulso narrativo vertiginoso, personajes de los que ser fan desde el minuto 1, malos a los que fácil odiar y despreciar, humor aventurero… y también algo de tragedia, culebronismo y malos padres. Todos los ingredientes de la saga original en una estupenda continuación que a todos nos ha dejado con ganas de más.
Habrá que esperar mucho, hasta 2017, pero allí estaremos de nuevo el día del estreno. Para librarnos de nuevo de los spoilers, claro. Y mientras tanto… a ver qué tal Rogue One.







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