El otro día, pasando con mi Princesa por la sección de libros infantiles de Alcampo, no pude evitar fijarme en esta aberración:
La costumbre es que se diga «Agh, el horror… mis ojos» ¿Y quién soy yo para llevarle la contraria a la tradición?
Suerte que a mi Princesa no le llamó la atención lo más mínimo.
En fin, qué cosas. No creo que haya habido en la literatura un monstruo que haya conseguido pasar por todos los estereotipos posibles: Malo inteligente, astuto y planificador, enemigo simplón que ataca en hordas, posible aliado desconfiable, amor imposible, el mejor amigo de los niños… Creo que faltaría secundario cómico, pero sospecho que también habrá habido, también…
Responder a ElSabio Cancelar la respuesta