Leo en Halón Disparado que se está llevando a cabo una petición online para darle el nombre de alguna calle de Madrid a Blas de Lezo.
[Modo indignado: on]
Pero ¿cómo es posible que este hombre no tenga en Madrid una mísera callejuela dedicada a su memoria, después de más de 250 años? Entonces ¿qué leches hay que hacer para tener una calle en la capital? ¿No es suficiente derrotar una flota mayor que la Armada Invencible estando en inferioridad de 10 contra uno?
No, no está guiñando un ojo, es que lo perdió. Eso, y un brazo y una pierna. Y aun así les estuvo dando pal pelo a los ingleses durante toda su carrera.
Pues parece que no. Pero eso sí, ser la mujer de Rossini es mérito sobrado para tener una calle de tamaño aceptable en uno de los nuevos ensanches de la capital.
Y claro, ya puestos te das una vuelta por el callejero de Madrid buscando otros héroes españoles y la sangre hierve. No hay una calle para el Cura Merino. Tampoco la hay para Hernán Pérez del Pulgar. La calle del Cid es una callejuela infame, más pequeña incluso que la dedicada a Pizarro, o la de Juan Martín «El Empecinado», y aunque la plaza del Gran Capitán es apenas una intersección, al menos este pedazo de personaje tiene otra calle llamada de Gonzalo de Córdoba. Eso sí, también minúscula.
¿Tanto cuesta dedicarles una calle, una plaza o (mejor) una avenida a esta gente que se jugaron el todo por el todo cuando venían mal dadas, que decidieron afrontar la situación en lugar de huír como todo hijo de vecino haría y encima salieron victoriosos? Amoshombre. Está claro, reine quien reine, gobierne quien gobierne, España ha sido y es ese país que maltrata a sus verdaderos héroes. Y no tiene pinta de que la cosa cambie en el futuro. Ay…
Y luego nos preguntamos por qué la ficción española tiene siempre ese regusto amargo…
[Modo indignado: off]
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