Sí, sí, para el siguiente. Es que acabamos de venir y nos han sabido muy a poco los 3 días que hemos estado allí, así que tenemos claro que algún día volveremos al reino del ratón cuyas orejas siempre son redondas aunque esté de perfil.
Por eso voy a dejar aquí todos los trucos que nos fueron útiles, ahora que todavía los tenemos frescos en la memoria. Porque hay muchísimas páginas ahí fuera (como ésta o esta otra) con infinidad de recomendaciones, pero casi todas reflejan en gran medida los gustos personales de sus autores. Gustos que no siempre coinciden con los nuestros o con nuestras circunstancias… nada, mejor tener apuntadas nuestras propias experiencias para cuando planifiquemos el siguiente viaje. Y también para que sirvan como un breve recordatorio de lo que hicimos por Disneyland París, aparte de las 400 fotos y vídeos que hicimos, claro. 😀
Preparativos
El viaje lo contratamos íntegro en Viajes El Corte Inglés, uno de esos paquetes en oferta que están lanzando continuamente. El paquete incluyó vuelo, comida y alojamiento: gratis para los menores de 7 años y con un 20% de descuento para los adultos.
Sigue sin ser lo más barato del mercado, pero las veces que hemos viajado con ellos siempre nos han resuelto eficientemente los imprevistos que surgieron… como en esta ocasión. El primer día necesitamos un médico y unas medicinas para nuestra Princesa, y se agradece una barbaridad disfrutar de esa seguridad extra cuando te encuentras en trance semejante en un país que no es el tuyo.
También resultó una buena idea llevar las comidas cerradas. Aunque los precios de los restaurantes del parque, que podéis consultar en esta página, son más o menos los mismos que los del Parque de la Warner en Madrid (seguimos siendo europeos a la hora de pagar, pero no a la de cobrar), se agradece olvidarse de los cálculos y del dinero a la hora de entrar en un restaurante. Eso sí, casi todo es comida rápida o buffet.
Por otra parte, para la próxima hay que vigilar los tiempos de recogida en el hotel, que también van cerrados. Nada de aceptar que nos recojan con 4 horas de antelación al vuelo, porque en nuestra misma furgoneta iba una familia a la que recogieron a las 16.20 y que salió en el vuelo de las 18.45… vamos, que se puede organizar para que el tiempo de espera en el aeropuerto sea de 2 horas o menos.
Desde luego fue un acierto viajar con maletas de mano y llevar por el parque una mochila con chubasqueros y botas de agua y muda de ropa para la peque. Sí echamos de menos llevar paracetamol y antipiréticos por si los catarros… y nunca, nunca fiarse de la climatología.
Ah, y hay que recordar que allí no hay ni wifi ni internet. En el hotel Cheyenne había internet de pago, pero es con cable, y Yoigo amenazó con cobrarme 4 céntimos ¡por kilobyte!. Ni de blas. Así que si hay que llevar algo en el móvil, como una página con recomendaciones o alguna nota del Evernote, hay que acordarse de bajarla al móvil antes del viaje.

El parque
Sobre todo nos centramos en el Disneyland Park y dejamos bastante de lado el Walt Disney Studios, por el que sólo paseamos el último día sin llegar a montarnos en ninguna atracción. Tampoco me pareció que nos hubiéramos perdido mucho.
Hay algunas guías ahí fuera con horarios y rutas óptimas entre atracciones, pero nosotros simplemente nos dejamos llevar y lo flipamos. Y es que Disneyland París no son sólo las atracciones, como pasa en los parques de aquí, sino que Disneyland París es absolutamente TODO. Los caminos, los parques, las casas y los castillos, las farolas con luz de gas, los setos, los restaurantes, los puentes, el personal del parque… todo lo que hay a la vista está ambientado hasta el mínimo detalle, con infinidad de sitios que descubrir y disfrutar entre atracción y atracción. ¡Y nada de cartón piedra! Está construido en hormigón, piedra y metal, y muy cuidado y bien pintado.


Por eso no tiene sentido quedarse en un sitio a esperar que sea la hora de tu Fast Pass: siempre hay algo que curiosear por los alrededores.
En cualquier caso, si tuviéramos que dar únicamente tres recomendaciones, serían las siguientes.
Nunca esperar más de 25 minutos en ninguna atracción
Fíjate, ésta no la he visto en ninguna página y me parece primordial.
Algunas atracciones son de las que te dejan con la boca abierta y otras son más bien del montón. Pero todas, absolutamente todas, duran un suspiro. A mí me dio una rabia tremenda malgastar una hora esperando en la cola del Star Tours para que luego me despacharan en menos de tres minutos… sobre todo cuando más adelante vi que la espera se había acortado hasta los 15 o 20 minutos.
En los dos parques hay carteles con los tiempos de espera de las principales atracciones. Los de Disneyland Park están en la Plaza Central y cerca de la atracción de Buzz Lightyear, lo que significa que si estás por Fantasyland o Adventureland no sabrás cuál es el tiempo de espera de las atracciones del resto del parque. A menos que tengas internet en el móvil, claro. En ese caso merece la pena instalarse la aplicación del parque sólo por esta información.
Por cierto, otra ventaja más de estar alojado en un hotel Disney es que tienes el Easy Pass: una entrada especial que te permite pasar al parque a las 8, dos horas antes que el público en general. Durante ese tiempo no están abiertas todas las atracciones, pero sí la mayoría de las que tienen esperas más largas, con lo que puedes disfrutarlas antes y ya te las has quitado de encima.
Sacar siempre el Fast Pass en las atracciones que merezcan la pena
y que lo tengan, ya que no todas disponen de este sistema. Nosotros ni nos planteábamos hacer la cola normal en Peter Pan’s Flight o Buzz Lightyear Laser Blast. Simplemente nos sacábamos el pase y nos dábamos una vuelta por los alrededores hasta que nos tocara la hora. Luego era una gozada entrar en la fila rápida y esperar menos de diez minutos… o a veces incluso llegar y entrar directamente.
Almorzar antes de las 12.30
El primer día cometimos el error de comer a eso de las 13.30 en Au Chalet de la Marionette y lo lamentamos largamente: colas interminables, un camarero con malas pulgas y una peregrinación interminable por la sala buscando un palmo de mesa libre para aposentarnos.
Para los siguientes días ya estábamos escarmentados y triunfamos espectacularmente: ni colas ni problemas para encontrar mesa en Colonel Hathi y en el Lucky Nugget… y en este último incluso asistimos a una actuación de música en directo que no pudieron disfrutar los que vinieron después.
Breves notas sobre algunas atracciones
Peter Pan’s Flight: Dura muy poco, pero es tan espectacular que es de las atracciones con mayor tiempo de espera de todo el parque. No hay más remedio que tirar de Fast Pass. Por cierto, los niños mejor que vayan en los laterales, que disfrutarán el vuelo muchísimo más.
Buzz Lightyear Laser Blast: Otra de Fast Pass obligatorio. Además de ser visualmente impactante, con muchos colores fosforitos, la gracia está en que vas disparando con una pistola láser a todos los robots robapilas que vas encontrándote, incluyendo al mismísimo Zurg.

Pirates of the Caribbean: Si vas pensando en encontrar a Jack Sparrow y compañía, olvídate. Todos sabéis que la película se basó en esta atracción, pero después no han incorporado absolutamente nada de la saga.
El camino de la cola de espera es sencillamente espectacular, sobre todo la llegada a los vehículos, al igual que el recorrido subterráneo en barcaza. Lo cierto es que no hay demasiadas escenas que se parezcan a las de la peli, así que toda mi admiración a los guionistas.
Space Mountain 2: Una montaña rusa cubierta que te zarandea a una velocidad increíble en la oscuridad. Recomiendo cerrar la boca, yo la tuve abierta durante el recorrido y se me secó.
Star Tours: No tiene el sistema de Fast Pass y sus tiempos de espera son de los más altos del parque entero, pero lo dicho, no merece la pena tirarse más de 20 minutos en la cola.
La historia tiene su gracia, ya que se supone que os subís en una lanzadera de turismo rumbo a Endor. Pero el robot piloto empieza a meter la pata desde que despegáis, pifia la tirada de Astrogración y cuando salís del hiperespacio… bueno, esto es Star Wars, ya os imagináis qué pasa y quiénes aparecen 😛
Dumbo, Orbitron y el Carrusel de Lancelot: Son columpios que están más vistos que el tebeo, pero es que encima los viajes duran poquísimo. No me explico cómo la gente acepta tranquilamente tirarse más de veinte minutos esperando para subirse a éstos…

(Un momento… Excalibur más arriba… un caballo con un pendragón o «dragón a la cabeza»… ¿no sería una señal de que… ? nah, paparruchas.)
Blancanieves y los Siete Enanitos: Ojo, que ésta es de miedo aunque no lo parezca. No es que haya cuerpos decapitados ni nada de eso, pero la bruja da bastante repeluco y hay algún que otro truco que nos sorprendió incluso a los mayores. Pues imaginaos a los niños…
Lo cierto es que lo avisan en el mapa marcándola con un símbolo de admiración, pero nosotros lo descubrimos demasiado tarde. Después evitamos otras atracciones con este símbolo, como la de Pinocho.
Otros apuntes generales
- Hay que intentar que la visita tenga el máximo número de días entre semana. Se nota una barbaridad la cantidad de gente frente a los sábados y los domingos en todos los aspectos.
- Es conveniente pillar sitio unos quince minutos antes de las cabalgatas. Por cierto, los demás espectadores suelen ser muy sosos (los alemanes los que más), con lo que a poco que saludes destacarás un montón y los muñecos y figurantes devolverán el saludo encantados. Así que es muy sencillo dejar flipados a tus hijos con saludo exclusivo de Mickey, Minnie o Donald desde lo alto de la cabalgata. Esto también se aplica a los grupos de música que tocan en directo por el parque, están tan acostumbrados a que la gente pase de ellos que agradecen cualquier aplauso.
La cabalgata de Halloween, con una canción de lo más pegadiza. Por cierto, nos llamó muchísimo la atención que se centren en la recogida de la cosecha (la letra de la canción también) en lugar de dedicarse a los tópicos yankis de Halloween. Al parecer esto no es igual en el resto de parques de Disney, es exclusivo de Disneyland París.
- Merece la pena reservar con antelación una cena en un restaurante del parque, en lugar de cenar en el hotel. Se puede hacer la reserva desde la recepción del hotel según llegas. Además, si tu hija lleva un vestido de princesa Disney, todos los empleados le dedican más atención y la tratan como a una verdadera princesa, como nos pasó en el Plaza Gardens. Y la espera para el espectáculo final es otra cosa con la tripa llena.
- Hablando del espectáculo del cierre del parque, si coges sitio en la plaza central una media hora antes del espectáculo te garantizas verlo estupendamente.
Este fue el espectáculo que vimos… una auténtica pasada que apabulla al presenciarla en directo. Nosotros no tuvimos la suerte de ver tantas orejas luminosas. Ah, y el calor de esas llamaradas se notaba perfectamente desde la plaza central, a unos 300 metros.
- Practicad el inglés conversacional. Casi todos los empleados hablan español o lo chapurrean, pero para cosas complicadas es mejor tirar de inglés. Y también hay que hacer que los niños escuchen las versiones originales de las canciones clásicas de Disney, que se sorprenden mucho cuando no las cantan en castellano.
En definitiva
Pues que no sabemos cuándo, pero desde luego ¡volveremos!. Nos faltaron un montón de atracciones entre las que estaban cerradas y las que eran para más mayores, pero es que además es una verdadera gozada pasear por allí y dejarte imbuir por la «magia Disney». Vayas donde vayas siempre hay algo que captura tu atención y te hace volar la imaginación.
Y desde luego, uno no puede evitar pensar lo que se hubiera beneficiado un parque así del clima de España. Que sí, que París es mucho París, pero debe ser una lástima hacerse el viaje y no poder ver ni cabalgatas ni espectáculo porque está lloviendo a raudales.
En fin… y ahora a ver quién vuelve al parque de atracciones de Madrid después de esto…








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