Las aventuras de Rosamía

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Bueno, pues ya iba siendo hora de que pusiera en orden las notas sobre estas aventuras que empecé a compartir por Google Plus hace un tiempo ¿no? Pues vamos allá. (Aviso: ¡tochopost!)

Todo empezó con unas fotos del maese Robotto en su Facebook, donde salía él jugando una partida rolera con su chaval el penúltimo domingo de mayo. Fueron unas fotos tan inspiradoras que ¿a qué estaba esperando para hacer lo mismo?

La primera aventura

Así que al día siguiente, que hacía mucho calor para estar en la calle, le propuse a mi Princesa contar un cuento donde ella podría decidir qué pasaba a continuación. Ella aceptó encantada, claro.

Lo primero que hicimos fue sacar las minis recortables que ya habíamos utilizado hace algún tiempo, procedentes del Cardboard Heroes. Ella seleccionó la que iba a ser la princesa protagonista (esta elfa jevorra que veis más abajo) y la bautizó como «la princesa Rosamía».

Lo siguiente fue ir rellenando en una hoja, al más puro estilo de lo que ya hizo Carlos de la Cruz en su momento con su sobrino.

Como ya sabíamos el aspecto de Rosamía, lo que faltaba por decidir era qué llevaba y sus poderes. Yo añadí de mi cosecha un par de casillas: el corazón que veis en la hoja son los Puntos de Vida y el escudo la Clase de Armadura. El resto de las cosas las fuimos rellenando con preguntas tipo «¿Qué lleva en la mano? ¿Tiene algún vestido?» Cosas así.

A veces no había respuesta y entonces yo sugería una espada o rayos de arco iris… pero aunque mi Princesa me dejaba apuntar las sugerencias luego no las utilizó en la aventura. Sí, amigos, fui víctima de un poco de condescendencia infantil. 😛

Y ya veis que tampoco es que hubiera demasiado equipo. Una espada de fuego, un vestido de princesa como aquel que había en el Desafío del Guerrero II y un collar con poderes de «luz y no perderse». En el apartado de poderes, un rayo de sol que achicharraba y uno de arco iris que volvía amigos a sus víctimas. Increíblemente este último aún no ha sido utilizado…

La aventura en sí no fue nada del otro mundo, la verdad. La única condición que me puso mi Princesa fue utilizar el mapa que venía en la Caja Roja de Devir (mira por dónde, cuánto lo estoy usando :-P) que ya habíamos utilizado en otra ocasión, así que lo único que hice fue «surfear» sobre lo que me iba pidiendo mi Princesa y seguirle la corriente.

La cosa empezaba con el príncipe Carlos (un PNJ) y Rosamía paseando por el bosque, cuando de pronto unos trasgos trataban de capturarles. Claro, el príncipe Carlos era un auténtico PNJ de manual y le atrapaban, así que la pobre princesa tuvo que deshacerse ella solita de los pielesverdes. Luego, por supuesto, tuvo que bajar a ese Dungeon que aparece en la cara B del mapa para rescatar al príncipe. Allí un gigante que lideraba los trasgos intentó atraparla, pero ella usó el poder solar para achicharrarlo y hacerle prometer que abandonarían la zona para siempre jamás.

The usual suspects

El sistema

La primera versión no era gran cosa, simplemente tirar dados de 20 y sacar por encima de un número, la Armadura. Los trasgos tenían un 13 (y 3 puntos de vida) y el gigante un 15 (y 10 puntos de vida). El daño siempre era 1d6, por lo que los trasgos solían salir llorando al segundo golpe o así. ¡Obviamente, aquí no hay muertes!

Sí que salió a relucir el tema de los críticos. Una vez sacó un 20 en el dado y se me ocurrió que la patada fue tan fuerte que el trasgo salía volando hacia el cielo y desaparecía con un brillito. Esto le hizo tanta gracia que estuvimos los dos riéndonos a carcajadas un buen rato y claro, a partir de entonces no hizo otra cosa que intentar «patadas ninja» para volver a lograrlo.

Reflexiones post-partida

¿La duración de la partida? Menos de dos horas. Algunos diréis que es mucho tiempo para la capacidad de atención de una niña… pues ya veis 😛 La clave creo que estuvo en que ella era quien decidía qué hacía la protagonista de la historia y, sobre todo, en las abundantes dosis de humor que hubo.

Y es que, aparte del trasgo volador, hubo varios momentos graciosos que nos hicieron mondarnos de risa a los dos. Por ejemplo, cuando le pregunté si entraba sigilosamente en el dungeon…  y ella simplemente dijo «Pues abro la puerta y digo <<Holaaaaa…>>» Los trasgos dieron un gran bote del susto, claro. Y ese «Holaaaa» se ha convertido en una de nuestras bromas privadas. 😀

Así que, decididamente, hay que apostar por el humor, al estilo Dibujo Animado, claro.

La creación del mundo de Rosamía

El caso es que mi Princesa se lo pasó tan bien como para que los siguientes días, cuando no teníamos mucho que hacer, me pidiera más aventuras de Rosamía. O, como lo llamaba ella entonces, «jugar con la imaginación».

Como la vi tan ilusionada y no se me ocurría nada interesante (lo reconozco) recurrí a un truco que vi hace tiempo en el blog de Jeff Rients: durante los dos días siguientes creamos juntos el mundo de Rosamía. También esperaba que surgiera algo inspirador en el proceso, claro.

Así que pinté un círculo y en el centro puse el Castillo donde vivía Rosamía, al que ella bautizó como Rocas Apartadas. A partir de ahí nos turnábamos poniendo localizaciones en el mapa, y siempre le pedía a ella que las nombrara. Yo intentaba que las mías fueran alocadas o que inspiraran una imagen mental, intentando desbocar su imaginación… pero, como veréis más abajo, al final nos quedó un mundo bastante normalillo, jejeje.

Lo importante es que cumplió su cometido a la perfección: ahora sabíamos de dónde venían los trasgos, cuál era el palacio del príncipe Carlos (me encanta el nombre «Risas en el Trono», me lo imagino como el Trono de Hierro pero lleno de plumas cosquilleantes :-P) y el Glaciar de Helado de Fresa le suscitó mucha curiosidad a mi Princesa, sobre todo por conocer osos polares. ¡Por fin material para planear una aventura!

Y así nos quedó el mundo de Rosamía:

Esto nos tuvo entretenidos un par de tardes, haciendo los dibujillos, poniéndoles nombres a los sitios y charlando sobre qué habría en cada lugar y cómo lo verían los demás habitantes del mundo.

La segunda aventura

Pero claro, dos tardes sin aventuras ya eran demasiadas para mi Princesa, y así me lo hizo saber. Me propuse un reto: ir con algo preparado en un tiempo récord.

Hay gente que vende suplementos ahí fuera, pensados para sacarte de un apuro como éste. Pues bien, visto lo visto lo mejor es mandarlos a paseo y preguntarle a amigos en Google + que estén dispuestos a echarte una mano. En MEDIA HORA tenía planteado el esquema general de la aventura, gracias a las grandísimas ideas con las que me bombardeasteis. ¡Muchísimas gracias a todos y todas! Contar con vosotros es un lujazo de verdad. 😉

Así que cuando llegué a casa y me asaltó de nuevo mi Princesa yo ya estaba listo con lo esencial. Como me esperaba, Rosamía volvió a preguntar por los osos polares y entonces saqué a escena otro PNJ, el Mago Lilo de Rocas Apartadas. El Mago le preguntó a su bola de cristal dónde podían encontrar un oso polar, y la bola respondió mostrando una imagen de Granjita Pequeña.

El mago Lilo y el granjero de Granjita Pequeña

Y allá que fueron ella y el Príncipe Carlos. Al llegar al sitio, el Granjero les pidió ayuda con un problema muy grande que tenía: hacía ya varias noches que venía una gran bestia a comerse toda la comida, y como siguiera la cosa así se iban a quedar  él y sus animales sin comida para pasar el invierno.

Los príncipes decidieron ayudar y se quedaron a dormir. Esa noche Rosamía escuchó un gran ruido dentro de la cocina. Se levantó a investigar y lo único que pudo ver fue algo de pelo rosa huyendo por un gran boquete. Pero como era aún de noche prefirió esperar a después de desayunar para seguir el rastro (como haría cualquier aventurero que se precie :-D)

Por la mañana encontró unas extrañas huellas que salían de la Granja… y aquí me sorprendió mi Princesa cuando le describí que eran huellas pequeñitas: «Seguro que son trasgos«, me dijo con una mirada como diciendo «eeeyy, papá… que te he pillao». Jajaja, no subestiméis la capacidad de deducción de una niña de cuatro años, camaradas 😛

Y es que, efectivamente, me había pillado. Por eso no se sorprendió cuando las huellas la condujeron a una cueva donde cuatro trasgos cubiertos de pelo rosa se les enfrentaron. Y lo mismo que vinieron se fueron, dispersándose como pollos ante el poderío de los palos de Rosamía. Sólo quedó uno para contarle entre sollozos que se habían encontrado la cueva vacía con toda la comida dentro y se habían disfrazado para seguir rapiñando en la Granjita, pero que tranquila, que habían aprendido la lección y ya no lo harían nunca jamás.

Así que los príncipes devolvieron toda la comida al Granjero y siguieron las huellas de los osos (sí, había una Osa Mamá y un Osito Bebé) que les llevaron cerca de La Montaña del Agujero. Una patrulla de trasgos les preguntó por sus intenciones y les dejó continuar su camino hacia el Glaciar de Helado de Fresa.

Sin embargo, como el camino pasaba cerca de Rocas Apartadas, mi Princesa decidió que ¡Rosamía se quedaba a descansar en el Castillo, dejando la misión! ¡Anda! ¿Habráse visto?

La Osa Polar… sin pintar de rosa, qué le vamos a hacer.

Igual tenía que haberlo dejado aquí, pero mis costumbres de Director de Juego se sobrepusieron. No, no, de ninguna manera se iba a quedar así la cosa. De pronto el Mago Lilo entró, muy alarmado, para enseñarle una imagen que había aparecido en su bola de cristal. ¡Los osos estaban en peligro! La Osa Mamá se había caído en una grieta del glaciar, y el pobre Osito Bebé estaba chillando pidiendo ayuda.

Pues otra vez que me quedé con un palmo de narices. Rosamía no sólo no fue, sino que la muy vaga envió al Príncipe Carlos a hacerle la tarea mientras ella seguía tan pancha en el palacio. ¡Pero bueno!

Pasó todo un día sin noticias del Príncipe Carlos para que al fin se decidiera buscarlo. Eso sí, fue equipada con unos esquíes de galleta según consejo del Mago.

A estas alturas ya estaba mucho más claro que estaba cansada del juego, con lo que decidí abreviarlo. Encontró al Príncipe, que se había quedado pegado en el Glaciar de Helado, lo rescató con los esquíes-galleta y juntos se deslizaron por el Glaciar hasta que se encontraron con el Osito Bebé, que estaba junto a la grieta. Entre los tres consiguieron salvar a la Mamá Osa, y el Osito (que sabía hablar) les dio un silbato para llamarle cuando estuvieran en apuros. Y él acudiría siempre, no importa lo lejos que estuviera la Princesa. ¡Colorín colorado!

El sistema

Como no me había convencido la dinámica de ataco-atacas y quería darle algo de emoción a los combates, intenté un monstruo de Frankenstein entre Risus y el Príncipe Valiente: Ella tiraba 4d6 por Rosamía y yo 3D6 por los malos, y sólo contábamos los dados que hubieran sacado 4, 5 o 6. El que más dados tuviera con esos números, ganaba, y el perdedor tiraba en la siguiente ronda 1D menos.

Esto también tenía su lado didáctico, ya que ayudaba a reforzar un poco las matemáticas y su contar. Pero, aunque el sistema le pareció entretenido y emocionante (cada combate era una competición entre ella y su papá, no contra un número fijo), el punto de «quien pierda tira un dado menos en la siguiente» no lo llegó a asimilar del todo. Muchas veces me preguntó por qué tiraba un dado menos y qué significaba, y yo mismo me encontré en alguna ocasión sin argumentos de ver qué le había pasado al trasgo para justificar 1D menos.

¿Tal vez demasiado abstracto en comparación con unos puntos de vida? Pues… seguramente. Eso me dejó cavilando los siguientes días y decidí cambiar de sistema una tercera vez, pero para la siguiente partida.

Reflexiones post-partida

A mí es la historia de las que más me ha gustado hasta el momento. Sin embargo a mi Princesa, a juzgar por su cansancio a mitad de partida, tal vez le pareció demasiado larga. Quizás un único combate por sesión sería más que suficiente para ella.

Vuelve a cobrar importancia el aspecto de «animador» del Director de Juego y su juicio a la hora de adaptar el ritmo al la atención y cansancio de sus jugadores: nadie mejor que él para saber si merece la pena seguir o dejarlo. En este caso creo que el conocer por fin a los osos y tener su silbato de llamada le compensó a mi Princesa muchísimo más que si lo hubiéramos dejado en el descanso en Rocas Apartadas.

La tercera aventura

Todo lo anterior pasó durante cuatro tardes consecutivas, y después tuve algo de tiempo para pensar en cómo seguir las cosas si mi Princesa seguía interesada. Vamos, que no es que yo fuera a buscarla para jugar, a estas alturas yo esperaba que fuera ella quien viniera a buscarme para «jugar con la imaginación».

El sistema

Mientras tanto, yo seguía dándole vueltas al sistema, utilizando una nota de Evernote para ir apuntando mis cavilaciones en el móvil. Fruto de eso y de la tercera visita al zoo que hemos hecho este año (sí, tengo el bonoparques, ¿algún problema? 😛 ) surgió este otro sistema:

Sistema basado en cualquier tipo de dado y en conceptos. Por ejemplo, una princesa es buena en bailar, ser guapa y cualquier cosa de princesa. Además, puede destacar en otras dos cosas: ser guerrera y montar a caballo, por ejemplo.


Cuando intenta algo en lo que destaca, tira 3 dados y elige el más alto. Si es algo en lo que es buena, tira 2. Si no está entre sus habilidades, se tira 1.

Dificultades (para d20) : 5 fácil, 10 medio, 15 difícil, 20 muy difícil.

Los combates son tiradas enfrentadas. Los malos tiran solo 1 dado. El que consiga tirada más alta, gana y hace que el vencido pase a estar dolorido o capturado (si ya estaba dolorido).

Hay 3 estados: normal, dolorido (-5 a la mayor tirada, en caso de d20) y capturado/derrotado. Se puede evitar estar dolorido o capturado si se quita (no tiene por qué ser definitivamente) algo del equipo. Para esto son las armaduras, la ropa, las armas o lo que sea.

Como habréis notado se trata de un batiburrillo de varios sistemas e idas de olla. El tema de tirar X dados y quedarse con el más alto no viene de D&D Next, sino de Mazes & Minotaurs y su concepto de Arma Predilecta. Los estados son muy FATE, descriptivos e intuitivos, pero con un toque Nueva-Vieja Escuela sobre el sacrificio del equipo. Y el nivel de poder es desmesurado para lo que estamos acostumbrados habitualmente, adecuados para héroes de cuento… y aun así, como veréis a continuación, ES POSIBLE tumbar a un PJ.

La aventura en sí

Dado el atracón que llevábamos de episodios de Jake y los Piratas de Nunca Jamás, supuse que a mi Princesa le molaría combatir con piratas en el Mar de Gelatina de Frambuesa. En la cabeza yo llevaba un pequeño esquema: raptaban al Mago Lilo, persecución de barcos en el Mar de Gelatina, combatir un monstruo «gelatino», llegada a la isla y confrontación final con la tripulación pirata. Clásico y emocionante.

Sin embargo mi Princesa tenía otros planes. Desdeñó el viaje en barco, quiso que Rosamía fuera también secuestrada junto con el Mago (con lo que tendría que ser el Príncipe Carlos el protagonista) y pidió que jugáramos sobre el mapa de la Caja Roja de Devir, es decir, directos al rescate en la isla. He aquí un ejemplo clarísimo de las ventajas y desventajas de usar atrezzo… es tan bonito que cuesta volver a jugar sin él.

Por si fuera poco, cuando me puse a buscar piratas para recortar y utilizar como oponentes, mi hija decidió que no molaban tanto como éstos:

Por cierto, fue la primera vez que comprobamos que las peanas que vienen con el Arkham Horror de Edge son sencillamente perfectas para darles estabilidad y solidez a los recortables. ¡Nada que ver!

Así que en poco menos de cinco minutos mi esquema mental había volado por los aires. Tuve que echar mano de un plan sencillote y trillado: los ninjas planeaban usar el poder de los objetos mágicos de Rosamía y el Mago Lilo para abrir un portal a un dragón que quería comerse toooodo su delicioso mundo. No hacía falta mucho más para empezar.

Como de costumbre, la escena empezaba en la parte de la encrucijada en el mapa de D&D. Los ninjas le habían pedido un rescate al Príncipe Carlos que debería entregar en aquel sitio, a cambio de la libertad de Rosamía y el Mago Lilo. Claro, el Príncipe tenía otras ideas… y en cuanto asomó el primer ninja las tortas empezaron a volar.

¡Ninjas en la encrucijada!

Obviamente, el ninja no aguantó mucho y huyó sollozando hacia su guarida, seguido de cerca del Príncipe, que se coló también en la guarida. ¡A darle la vuelta al mapa!

Sin embargo, los ninjas tenían un secreto oculto en las mazmorras… ¡un rebaño de Basurillas! Al más puro estilo de Reciclaje Rolero habíamos comprobado que estos horribles bichejos tenían el tamaño justo. Hubo una pequeña «escena cinemática» donde los ninjas se encerraban en una habitación, explicaban su plan y los soltaban.

Los Basurillas salieron babeando de su guarida y trataron de rodear al Príncipe Carlos. Consiguió hacer huir a dos, pero, a pesar de que él tiraba 3 dados y los Basurillas sólo 1 cada uno, tuvo que sacrificar su preciosa capa de terciopelo y finalmente ¡cayó prisionero de aquellos repugnantes seres!

Pero la sesión no daba para más. Justo entonces teníamos que terminar para cenar, dejando la aventura en un «Continuará…» y con el tiempo justo para hacer una minirreseña de la experiencia en Google Plus.

Oh, oh, ¡demasiados Basurillas, príncipe! Y los ninjas allí, encerrados tan panchos…

¿Qué pasará ahora que todos están capturados? ¿Cómo conseguirán escapar? ¿Servirá de algo el silbato de los osos que le han quitado a Rosamía? ¿Lograrán fastidiar el plan de los ninjas y evitar que el dragón se zampe el mundo?

Reflexiones post-partida

Esta última mecánica se aproxima mucho más a mi ideal, pero supongo que tendré que afinarla un poco para los enfrentamientos con grandes cantidades de esbirros. También es cierto que el Príncipe Carlos era un PNJ con poco más que una espada y ropas principescas… ya veremos cómo va la cosa con una Rosamía de verdad de la buena repartiendo leña 😛

Me preocupa el efecto de los mapas físicos. Es cierto que hace todo mucho más vistoso, pero si sólo tienes un mapa estarás condenado a jugar en el mismo escenario una y otra vez. Adiós a los entornos helados, a los desiertos, a los mares, a los barcos… Claro que también podríamos pintar nuevos mapas nosotros mismos antes de las aventuras. Jummm.. cuestión de probarlo.

También eché en falta no tener a mano una lista de desafíos que no sean puramente físicos. Me gustaría tener preparados adivinanzas, problemas o puzzles adecuados para su edad y que pudiera sacar en cualquier momento de la aventura, dándole algo de variedad a las aventuras y ¿por qué no? también algo de utilidad educativa. Como diría cierto expresidente, «estoy trabajandou en ellou»

En fin, supongo que con todo esto y con más pruebas podría salir un bonito juego de rol para peques. Habría que añadir muchas más instrucciones para los padres e incluir muchas ilustraciones, troquelados y cosas que entren por los ojos a nuestros minions.

¡Seguiremos informando!

EDITADO: También hay comentarios muy valiosos sobre esta entrada en este hilo de Google Plus.

ACTUALIZADO (10/09/2012): El reglamento sigue evolucionando según lo vamos comentando ahí, un poco más abajo. Así que, para que no os pase como a mí, que he tenido que revisar los comentarios para encontrar la última versión, voy dejando a mano la versión más reciente:

Sistema para el que se puede utilizar cualquier tipo de dado (d6, d8, d20, etc), basado en conceptos de personaje. Por ejemplo, una princesa es buena en bailar, ser guapa y cualquier cosa de princesa. Además puede destacar en otras dos cosas: ser guerrera y montar a caballo, por ejemplo.

Cuando intenta algo en lo que destaca, tira 3 dados y elige el más alto. Si es algo en lo que es buena, tira 2. Si no está entre sus habilidades, se tira 1.Dificultades:- para d20: 5 fácil, 10 medio, 15 difícil, 20 muy difícil.- para d6: 2 fácil, 4 medio, 5 difícil, 6 muy difícil.

Los combates son tiradas enfrentadas. Los malos tiran solo 1 dado. El que consiga tirada más alta, gana y hace que el vencido pase a estar dolorido o capturado (si ya estaba dolorido).

Hay 3 estados: normal, dolorido (- 1D, si sólo se tenía 1D entonces sigue teniendo 1D, pero se le suma 1D a los oponentes) y capturado/derrotado. El protagonista puede evitar estar dolorido o capturado si acepta sufrir una complicación. Ejemplos:

– En caso de combate físico, se puede quitar (no tiene por qué ser definitivamente) algo del equipo. Para esto son las armaduras, la ropa, las armas o lo que sea.
– En caso de negociación, se puede hacer una promesa que se tiene que cumplir.

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67 COMENTARIOS

  1. Bravo Maese Erekibeon… tras las maravillas que nos cuentas en el G+, ésta entrada es ya increible.
    Muchos seguimos vuestros pasos como padres frikis, e intentamos aprender para el futuro cercano 😀

    • ¡Me alegra que te haya gustado, Maese Iker! Muchas gracias por tus palabras y por haberte animado a ponerlas por aquí 😉

      Y… ¿cómo de cercano es ese futuro? jejejeje.

  2. Yo, que llevo tiempo dando vueltas al tema por la parte que me toca, creo que igual conviene usar un sistema derivado de FATE. Y mira que lo aborrezco, pero creo que es ideal para niños por la casi ausencia de números (eres muy bueno en esto, bueno en lo otro y a tu heroe lo describimos con esta palabra y esta otra). Simplificado, claro.

    • ¡Hola, maese Velasco! Sí, a esa conclusión estaba llegando con la tercera versión de las reglas: pocos números y más cualidades y adejtivos.

      Y de hecho me sigue molestando ese «-5» de penalización por estar Dolorido. Una opción que me comentaba el gran Wachinayn (un saludete, maestro 😉 ) era que el PJ tirara 1 dado menos. Y me parece una gran idea a priori, porque casi todos serán como mínimo Buenos dando caña.

      Pero… ¿qué pasa si el PJ es sólo Normal y sólo tiraba 1D? ¿No puede seguir luchando? ¿O sigue con su 1D y le damos 1 dado extra a los malos para tirar? ¿Es posible que me esté preocupando demasiado por un detalle sin importancia? 😛

      En fin, sí, es mejor irse a lo sencillo. Pero hay que ver qué complicado es hacer las cosas sencillas… 😉

      ¡Un abrazote, camarada!

  3. Me ha encantado :D.

    Los problemas que tuviste con la segunda sesión es algo que ya hemos comentado en alguna SGRI: hay que saber detectar cuándo el crío se está aburriendo y acelerar el final de la partida. Es por eso precisamente que yo planteo las partidas con los críos como tres simples encuentros y con una duración de media hora o tres cuartos. Dos horas me parece increíble :D.

    En cuanto al sistema, veo que va evolucionando hacia algo más narrativo ;). Yo siempre les pregunto a los niños que me digan qué cosas se les da bien a sus personajes, y suelen tenerlo bastante claro (más la niña de 6 que el niño de 4, eso sí). En cuanto a los dados, yo uso dados, piedra/papel/tijera o cartas. Si sacan por encima de la mitad, éxito, y si no fallo. Si tienen una habilidad apropiada, pueden repetir la tirada. Hasta ahora me ha funcionado estupendamente :D. Ah, y lo de que los fallos hagan perder equipo creo que ya lo usé en la partida con mi sobrino hace ya un par de lustros XD. Es buena idea :).

    Finalmente, si tu niña se ha enamorado del mapa, va a ser complicado que se lo quites. Creo que es buena opción que hagáis uno nuevo entre los dos, pintándolo juntos. Hasta que no consigas uno mejor, no creo que consigas que la niña cambie ;).

    En cualquier caso, ¡enhorabuena! Si al final te animas a hacer ese juego de rol para peques, cuenta con mi colaboración, ¡Padres Frikis Unidos!

    • ¡Hola, maestre! Jejeje, me alegra que te haya encantado.

      Efectivamente, me he acordado un montón de esas conversaciones 😉 Lo cierto es que la única partida que se alargó tanto fue la primera, el resto no llegaron a la hora. Pero coincido contigo, es esencial detectar los primeros síntomas… y también muy importante recordar que no hace falta que se pasen toda la aventura, como dijiste en Google Plus, creo recordar :-P.

      En este caso me arriesgué y creo que mereció la pena, con lo emocionada que está con su silbato del Osito… en el futuro, ya veremos. Igual quedarse pancha en el castillo y que aparezca el mago con noticias importantes es un buen cliffhanger, jejeje

      Sobre el sistema, es curioso, pero ahora que lo pienso ¡es como mi evolución como rolero desde los inicios, pero a cámara rápida! D&D Básico, Risus, ahora algo narrativo… bueno, en realidad siempre intentó ser algo narrativo desde el principio, pero ya ves por dónde ha ido, jejeje.

      Lo cierto es que no te lo vas a creer, pero ¡aún no he hecho ninguna tirada que no sea de combate! ¡Qué clase de padre rolero soy, enseñándole que los dados son sólo para pegar palos!… Lo sé, lo sé, está en mis asuntos pendientes… de momento me he limitado a decir «sí» a lo que me iba proponiendo, y no ha ido mal.

      Por eso la parte del combate está un poco más desarrollada (dos párrafos más, un tochazo impresionante XDDD) Y aunque acaricié tu idea de ponerle chichones y abolladuras al personaje temía la reacción de mi Princesa si me ponía a hacerle eso a su muñeca 😀 Me pareció mejor hacerle prescindir de equipo, aunque sea temporal.

      Lo de pintar el mapa tengo que probarlo de nuevo. Lo hicimos hace muchiiiisimo tiempo para unas princesas disney, pero no sé yo si aguantará la comparación con esos «tiles». Ya veremos.

      Y tomo nota de tu ofrecimiento, tomo nota… un par de Padres Frikis más para la causa y… ¡dominaremos el mercad- estooo- el mundo! (risa siniestra con rayos y truenos de fondo)

      ¡Un abrazoteeee!

  4. ¡Pedazo de entrada!

    Si es que el rol es estupendo para los niños, por mucho que algunos se empeñen en ningunearlo. A fin de cuentas, todos jugábamos al rol cuando éramos pequeños, aunque no nos diésemos cuenta. Ya me gustaría a mí jugar con mis sobrinos, pero los tengo demasiado lejos. 😀

    Una pregunta sobre las fotos, ¿cómo te las has arreglado para usar las bases de Fantasy Flight con los recortables? ¿No se te caen? Creía que tenían el grosor para cartones, pero parece que usas papel…

    • ¡Gracias, maese Carrero! De todos modos, aunque tus sobris vivan lejos, no descartes hacerles una partidilla de algo. Ser el tito friki tiene también su punto, y yo me estoy preparando para ello, jejeje.

      ¡Bien visto lo de los recortables, maese! Efectivamente, no están impresos sobre papel sino sobre cartulina. Como cada personaje tiene dos vistas (trasera y delantera), al doblarlos tenemos una pieza un poco más gorda que encaja perfectamente.

      Sale un poco más caro que hacerlo sobre papel, pero no muchísimo más, y la diferencia merece la pena.

      ¡Un saludete y gracias de nuevo!

  5. Qué bueno, me has recordado mi infancia, cuando mi padre, sin saber lo que era el rol, me contaba cuentos interactivos que se inventaba, en los cuales yo podía decidir lo que iba a pasar.

    Yo después he hecho lo mismo con mi sobrino de cinco años, y también me pedía más cada vez que me veía. Pero, macho, ¡tú has montado una auténtica partida de rol con una niña de cuatro años! Gracias por compartir tu experiencia, porque así puedo coger algunas ideas por si surge la ocasión de jugar con niños.

    • ¡Hola, Archimago! Qué bueno, tu padre sí que es un pionero rolero. ¿Qué opinaría de los Librojuegos?

      Y no sé yo si puedo llamarlo «partida de rol» con todas las de la ley… habría que probarlo con más de un niño a la vez. Aunque eso sí que puede ser un caos difícil de controlar, jejejej.

      ¡Gracias por comentar y un abrazo!

  6. ¡Muy bien, maese Erekibeon! Es bueno ver que el rol estará en buenas manos en la siguiente generación 😉
    Ah, y dile a tu Princesa que tiene buen gusto. Los ninja siempre han molado mucho más que los piratas 😀

    • ¡Gracias, maese Blackhand!

      Y bueno, ella y yo hemos llegado a un compromiso: ni para ella ni para mí, ¡Son ninjas-piratas! ¡Lo mejor de ambos mundos! 😀 😀 😀

  7. Genial entrada y experiencia maese!
    Discrepo respecto a Morgan Blackhand… los piratas siempre molaran mucho más que los ninjas, pero bueno.
    Muy interesante toda la entrada se la paso a mis colegas padres. Respecto a los mapas, es la excusa perfecta para comprarte esos sets de Dungeon Tiles que te miras de reojo de tanto en tanto o simplemente busca battlemap en el buscador de imagenes de google y encontraras bastantes donde elegir (o creálos tu mismo con tu niña con algún generador) Supongo que imprimirlos en un A3 no debería costar demasiado, y si cuesta recuerda que frikear a tu hija no tiene precio .
    Un saludo 😉

    • Qué remedio, qué remedio… y yo que huía de los «tiles» como de la peste. En fin, como decían por ahí, «Nunca digas de esa poción no beberé, ese malvado no es mi padre o estos no son los droides que andaba buscando» 😀 😀 😀

  8. De cercano… Pues hay que empezar a encargarlo en los próximos meses, ¡¡¡QUE SE NOS PASA EL ARROZ!!! 😛

  9. Que bonito. Ojalá yo le haga eso a mis zagales (o zagalas) cuando, en un futuro -lejano, por Dios, lejano- los tenga. Me ha gustado mucho. Espero que la peque se lo pasara bien, que es lo básico. Y parece que sí. Me alegro un montón.

    ¡Nos leemos!

    • ¡Gracias, maese Nirkhuz! Eso es, lo básico se cumplió perfectamente, y encima dándole una utilidad lúdica al tema de los números, que eso siempre es importante 😉

      Bueno, todo se andará… aunque quién sabe, igual en ese futuro lejano podrás proyectar hologramas con la mente y será todo mucho más sencillo, jejejej.

      ¡Un abrazo, camarada!

  10. Te contesto tarde y mal desde elmovil,perdona si escribió alguna. Barbaridad. Respecto a tu duda sobre restar dados, con SD6 comprobamos que resultaba anticlimatico para los niños. Tal y como ya sabes lo que hacemos es añadir fundador a los adversarios. Y os chavales captan rapidísimo que «ahora es mas difícil». Me encanta lo de perder equipo, es una desventaja de libro, que supone un dado mas para los malos. Te tenería que comentar algunas cosas mas pero esta semana trabajo y conel Movil no soy capaz. Ya sabes de mi Mail y del hilo para SD6 si necesitas lo que sea recuerdame que me ofrecí a hecharte una mano.

    • ¡Buenas, maese Cifuentes! No hacía falta que te esforzaras tanto en responder deprisa, al fin y al cabo esta entrada no va a desaparecer del blog, jejeje.

      Mmmm… creo que voy a adoptar una postura intermedia. Al fin y al cabo, los PJs van a estar tirando la mayoría de las veces 3D o 2D, y no me pareció que quitarle 1D a mi Princesa le causara mucho trauma. Pero si el PJ no es bueno en lo que está haciendo y empieza tirando 1D, el pasar a Dolorido hará que sus oponentes tengan 1D más. Así todos pueden seguir tirando, en el espíritu del epígrafe «Cuando alguien no puede participar» del Risus 😛

      Sobre el equipo, en realidad me estaba pensando más en la regla de la OSR «Shields Shall be Splintered» que en una desventaja mecánica inmediata. Así, si Rosamía decide que le quiten de la mano su espada de Fuego para evitar estar Dolorida, seguirá repartiendo puntapiés y bofetones con 3D. Y seguirá tirando esos 3D si deja que le hagan un roto en el vestido y le salten una cuenta del collar. Pero después no le quedará más equipo, así que tendrá que estar Dolorida sí o sí.

      Por supuesto, si ya no tiene la espada de fuego no podrá encender antorchas con ella, por ejemplo. Pero eso es más narrativo que mecánico… ya veremos cómo solventarlo cuando aparezca, jejeje.

      Y ¡muchas gracias de nuevo por la confianza ( 😉 ) y por el ofrecimiento!

  11. Una gran entrada maese Erekibeon … inspirandomene un poco en ello hemos jugado hoy una partidilla con mis herederos (4 y 6 años) a medio camino entre tus sistema y el rpgkids (que emplea el d12) pero empleando el d20 (y usando mapas y minis). Y basandome (muy libremente) en el módulo de Pathfinder que jugue en Generacion X (Frostfur Goblins).

    La conclusión a la que he llegado es que tienes que escuchar a tus jugadores XDDD (vamos, lo mismo que con los mayores): que quereis un mago, habrá un mago, que quereis un dragón, habrá un dragón … (lo que hagan los pnjs es otra cosa, por ejemplo les cole un enigma sencillo del librojuego del Orlandes para que el mago les dejara pasar …. dandoles varias oportunidades, porque el mago se divertía jugando con ellos).

    Yo, si fuera uno de los señores de D&D, sacaría un juego: D&D Kids con lo basico, simplificando puntos de golpe, con tokens y mapas, con cartas muy visuales para que los niños emplearan equipo o hechizos, … y entre la baba old school que se nos cae a muchos y la cantidad de roleros que somos padres (y victimas del logotipo D&D), vendian una barbaridad.

    Fijo.

    • Vaya, pues ya sólo por eso doy por buena esta entrada, maese Mario 😉 Si te ha servido para animarte, como hizo el maese Robotto conmigo, me doy por más que satisfecho.

      Lo flipo con lo del enigma del librojuego de Orlandes… ¡si yo tuve que buscar la solución para poder pasármelo! XDDD

      Y sobre lo de D&D, pues sí, ahí tienen potencial. Ya tienen un reglamento propio (Heroes of Hesiod), sólo les faltaba lo que comentas, empaquetarlo y ponerlo goloso… todos íbamos a picar sí o sí, aunque fuera un engañabobos más…

      En fin, ¡me alegra ver que aún no te has retirado del bloguerismo, maese! ¡Un abrazote!

  12. Maese Erekibeon, no puedo más que aplaudir el intentar inculcar algo tan bonito como es una actividad paterno-friki-filial con su hija. De verdad, me encanta. Soid quiera que pueda hacer lo mismo cuando me llegue la hora.

    • ¡Gracias, maese Farko! Sí, la verdad es que podía haber sido cualquier otra actividad, pero me hacía especial ilusión que fuera con mi hobby favorito 😉

      ¡Un saludete y gracias por comentar!

  13. Muy buena entrada, me he reido mucho con ella, la verdad es que me estaba partiendo XDDD Si hay algo que de más quebraderos de cabeza a un máster que un jugador es una jugadora de 4 años que puede imaginar mil cosas más que cualquiera de nosotros 😉

    En serio, me ha gustado mucho, a ver si dentro de unos años puedo ponerlo en práctica con mis primos o mi futura sobrina 😉

    Y por favor, queremos seguir leyendo aventuras de Rosamía XP

  14. Y tanto que da quebraderos de cabeza, jajajjaa. Pero a cambio es mucho más agradecida, no pone pegas si estás improvisando y se sorprende con cualquier elemento que para nosotros ya está más que trillado. ¡Todo ventajas!

    ¡Muchas gracias, maese Enzo! Me alegra que te haya sacado una sonrisilla, jejeje. ¡A ver si seguimos en el futuro con estas aventuras!

  15. Siguiendo tu ejemplo hoy he tenido mi primera partida de rol con mi hija (7 años) usando tu reglamento y la verdad es que ha sido todo un éxito.

    Tras leer el otro día esta entrada de tu blog empece a picarla rescatando el heroquest de la lonja de mis padres y hoy me he tirado a la piscina.

    Como he dicho he fusilado tu sistema pero simplificándolo un poco:

    – Hemos usado dados de 6 caras y con cuatro o mas siempre era éxito.
    – Estando dolorido tirabas un dado menos (te confirmo que es una muy buena solución).

    Mi hija preparó la ficha de su personaje (una princesa por supuesto) y después el mapa de su reino (castillo, bosque, lago, huerto, campo de futbol, etc…). Después empezamos a jugar y hubo de todo: combates con orcos, ollas mágicas, magos usureros, cazadores amables, carreras a caballo nocturnas, peligrosas ascensiones a montañas, negociaciones comerciales… en resumen hora y media de verdadera diversión y una insistente petición de jugar de nuevo.

    Ha ayudado mucho sacara del baul de los recuerdos un viejo «Señor de los anillos – juego de aventuras básico» y utilizara sus mapas y miniaturas de papel.

    Muchas gracias de verdad, me has animado a iniciar a mi hija en el mundo del rol y creo que esta semilla dará sus frutos en breve.

    • No, no, las gracias te las tengo que dar a tí, maese Eneko. No sabes cuánto te agradezco que me hayas comentado que habéis pasado una hora y media divertida basándote en esto. ¡Eso es recompensa más que suficiente! Y si encima has podido desempolvar esos tesoros y utilizarlos… vamos que me has dado un alegrón de los grandes 😉

      Y no sólo eso, además me has hecho ver que debería actualizar la entrada con la última versión del reglamento. Porque he tardado en darme cuenta de que la regla de «dolorido = -1D» estaba en los comentarios 😛 Qué cabeza la mía. ¡Gracias por probarla y ver que funciona! Y ya ves que lo de las caras de los dados es lo de menos, como si un día te da por usar d12s, jejeje.

      En fin, que me ha encantado tu comentario, maese. Muchísimas gracias por tomarte el tiempo para hacerlo y ya sabes, si hay más aventuras con ollas mágicas y negociaciones comerciales ¡compártelas, por favor!

      ¡Un abrazote!

  16. Te dejo un «pequeño» resumen de la partida:

    La tarde empezó pidiendo a mi hija que dibujara a su personaje, le diera un nombre, dijera un par de cosas en las que fuera buena y eligiera tres objetos.

    Tras un rato nació la princesa (que sorpresa) Laila que era buena cantando para dormir a los malos y montando a caballo. Ademas tenia un collar que le hacia volar, una anillo y una pulsera que le permitía hacer remolinos.

    Después decidimos dibujar el mapa del reino de la princesa Laila (campo de fútbol incluido) y tras sacar unas figuritas recortarles y unos viejos mapas de localizaciones del señor de los anillos nos lanzamos a la aventura.

    Todo empezó cuando un granjero se presentó en el palacio a denunciar que alguien se estaba comiendo su cosecha. La princesa Laila sospechó inmediatamente de su topo mascota y se dirigió a la granja a preguntarle. Por supuesto los topos ho hablan, así que por mímica le hizo entender (gracias a una portentosa actuación por mi parte) que era un monstruo quien lo había hecho. Laila decidió pedir ayuda al leñador para seguir el rastro del monstruo y capturarlo.

    El rastro les llevo a las montañas y tras un accidentado ascenso y gracias al collar mágico de Laila consiguieron encontrar la imponente puerta de guarida del monstruo. Laila no se amilanó y decidió derribar la puesta de una patada, cosa que consiguió gracias a que la puerta estaba podrida. De paso pego un susto de muerte al monstruo, que resultó ser una pareja de orcos. En el inevitable combate Laila resultó herida y el leñador perdió su hacha, pero consiguieron reducir a los orcos y llevarlos prisioneros al palacio. Ademas consiguió un par de monedas de oro como botín.

    Una vez de vuelta en palacio intento que el sanador de la corte la curara, pero resulto que esa herida superaba sus capacidades ya que la espada del orco estaba envenenada. A Laila no le quedo otro remedio cabalgar a toda velocidad hasta el otro lado del lago donde un mago podría curarla antes de empeorar. El mago para curarla le pidió una moneda de oro y unas hiervas especiales que Laila pudo encontrar en la granja.

    Tras curarse el granjero le recordó que los orcos se habían comido la cosecha y no tenían provisiones para el invierno. Laila decidió acercarse a la aldea a comprar semillas, y tras una cabalada se encontró que, como ya era de noche, las puertas de la aldea estaban cerradas. Consiguió convencer al guardia de que la dejara entrar, pero una vez dentro el herbolario le dijo que solo le daría las semillas si recuperaba la olla que alguien le había robado. Laila sospecho que podían ser los orcos los que habían robado la olla y montó en su caballo para volver al palacio.

    Debido a la oscuridad de la noche su caballo tropezó en mitad del bosque, pero por suerte un cazador la ayudo y la dejó dormir en su cabaña. Por la mañana volvió a palacio y tras preguntar a los orcos descubrió que estos no habían robado la olla, pero tenían otra escondida que le darían encantados si les dejaba libres. Laila accedió con la condición de que no volvieran a comerse las cosechas. De vuela en la aldea el herbolario quedo encantado con su nueva olla y le regaló las semillas.

    En este punto la partida termino entre las quejas de mi hija que quería empezar otra aventura. Pero ya era tarde y decidimos (decidí) dejarlo para otro día.

    Siento la chapa.

    • No es ninguna chapa, maese, ¡en absoluto! Todo lo contrario, así tengo una trama más que fusilar sin piedad cuando retomemos las aventuras de Rosamía 😉

      Muchísimas gracias de nuevo!!

  17. Este sábado he vuelto a tener partida rol con mi hija. No he tenido escapatoria mi hija ha insistido hasta que nos hemos sentado a jugar (creo que he creado un monstruo).

    Mi idea inicial era hacer una adaptación del cuento de Caperucita roja; pero ella quería que salieran hadas y cosas por el estilo, así que de nuevo tocó improvisar.

    Todo empezó cuando a la Princesa Laila le despertó un extraño ruido como de campanillas, tras investigar un rato descubrió que el ruido venía del espejo. Asombrada se acerco al espejo, pero en lugar de su reflejo lo que vio fue una extraña figura. Esa figura resultó ser Mónica, la reina de las hadas, que necesitaba la ayuda de la princesa en el mundo mágico.

    La princesa encontró entonces el primer problema: no sabia como llegar al mundo mágico. Para resolverlo decidió pedir ayuda al mago del otro lado del lago.

    El mago (tras cobrarle una moneda de oro) se comprometió a preparar un hechizo para llegar al mundo. Para poder hacerlo necesitaba tres cosas; dos de ellas fáciles de conseguir: Un espejo y un objeto mágico (le entrego su anillo mágico de teletransporte), pero la otra era más complicada: Un diente de troll.

    Decidió preguntar a los orcos de la montaña (los de la aventura anterior) si tenían un diente de troll. Le dijeron que no, pero que bajo un puente que cerca del pueblo vivía uno. Mi hija recordó que la ultima vez que se le cayó un diente fue comiendo un bocadillo, así que preparo uno y se dirigido al puente. Tras un poco de negociación consiguió el diente del troll, con la condición de conseguirle a cambio uno de oro.

    Con todos los ingredientes el mago le creo un anillo mágico que le permitía cruzar los espejos y llegar al mundo mágico. La única limitación es que solo podía hacer un viaje de ida-vuelta al día.

    Tras conseguir el anillo mágico Laila se dirigió al espejo de su cuarto y realizo el ritual que le describió el mago. De repente se encontró en el reino de las hadas, un claro rodeado de altos arboles y pequeñas hadas volando por todas partes. Las hadas le indicaron que la reina Mónica vivía el enorme palacio-roble en mitad del claro.

    Una vez en presencia de la reina esta le contó cual era su problema: todas las noches un troll se colaba en el reino de las hadas y pisoteaba el jardín mágico. Ese jardín es el origen de toda la magia de las hadas y por lo tanto eso era un gran problema.

    Laila decidió ir a hablar con los trolls y aclarar las cosas (mi hijas es mas dada al dialogo que al combate). Un grupo de hadas la acompaño para guiarla a trabes del bosque y comenzaron el viaje. En mitad del bosque encontraron un rió y Laila utilizó su collar mágico para volar por encima y cruzarlo sin problemas. De esa manera consiguieron llegar al reino de los orcos.

    El reino de los orcos resulto ser un claro repleto de curiosas casas talladas en la piedra con un enorme montículo a modo de castillo. En principio Laila no vio a nadie, pero de repente empezó a oír música y al seguirla encontró a todos los trolls celebrando una ruidosa fiesta.

    En esa fiesta encontró al rey de los trolls que resultó ser primo del troll del puente ( el que le dio el diente a Laila). El rey de los trolls le contó que estaban destruyendo el jardín de las hadas porque estas se pasaban todo el día cantando por el bosque y no les dejaban dormir (todo el mundo sabe que los trolls duermen de día). Laila le prometió que hablaría con las hadas y trataría de solucionar el problema.

    Tras un accidentado viaje a través del bosque en el que casi se ahoga y tuvo que combatir con un oso que afirmaba ser el rey del bosque (en el mundo mágico los animales hablan) consiguió hacer que la reina de las hadas y el rey de los trolls se reunieran.

    Ambos reyes llegaron a un acuerdo y se repartieron el bosque (un lado del rió para cada reino) y en agradecimiento le dieron una moneda de oro cada uno a Laila. Tras comentarle al rey de los trolls que ese oro era para hacerle un diente a su primo este le dio otra moneda mas.

    Al volver a su mundo Laila no olvido su deuda y le entregó las tres monedas de oro al herrero para que le hiciera un diente de oro que mas tarde entregó al troll del puente.

    Con estó acabo la partida, muy a pesar de mi hija que quería continuar con las aventuras de Laila.

    • La leche, pues para haber sido completamente improvisado te ha salido una pedazo de historia, maese. ¡Cuántos elementos y giros argumentales! Ya quisiera tener la mitad de inventiva, jejeje.

      Por Twitter comentábamos que tu princesa era reacia a renunciar a sus posesiones para evitar pasar a estar Dolorida, y que era más bien un tema narrativo que de la mecánica. Siendo así, está bien que tu Princesa tome sus propias decisiones… y que le muestres que tienen sus consecuencias, claro. Pero esas consecuencias no tienen por qué ser tan terribles como ella seguramente se imagina.

      Igual se piensa que renunciar al Equipo es perderlo para siempre, y ¿quién ha dicho que sea así?. Cuando la propia Princesa es Derrotada no significa que muere, ¿no? Pues lo mismo puede pasar con sus objetos: caen lejos del alcance de la Princesa, se rompen pero se pueden arreglar más tarde, son confiscados, etc etc. Es decir, que se pueden recuperar más tarde, introduciendo así una nueva complicación en la historia. Tal vez convendría que se lo comentaras a tu jugadora, o mejor aún, que la pongas en la tesitura entre ser Derrotada o renunciar temporalmente a uno de sus objetos… y luego le enseñas qué pasa con el objeto. Así experimentará un poco de ansiedad al principio, pero luego aprenderá que tampoco es tan tan grave como le parecía.

      También comentábamos por Twitter la posibilidad de introducir una mecánica similar a las heridas pero para las negociaciones, ya que tu Princesa se está revelando como una negociadora nata. Me parece simplemente genial esa idea tuya de introducir un estado de «Desanimado», similar al de Dolorido, sí señor. Y aunque no se me ocurría qué podríamos usar a modo de Equipo para evitar el «daño», acaba de ocurrírseme que podrían ser… ¡promesas! «Andaaaa… si lo haces te prometo que te lavaré la casa durante un mes» «Porfa, porfa, y te daré todos mis postres durante una semana (al estilo de Mérida en Brave)». O también ofrecer algo de Equipo, aunque creo que tu Princesa no recurrirá a esto 😛

      Pues no me parece una mala solución, maese. Yo soy de los que prefieren rolear la negociación antes que fiarla al albur de lo que saquen los dados, pero entiendo perfectamente que haya quienes prefieren tener mecánicas sociales. Ya me contarás qué tal va en el siguiente playtesting…

      …porque habrá un siguiente playtesting, ¿verdad? 😀

      ¡Gracias de nuevo, maese Eneko!

      • Buenas maese.

        En mis tiempos de rolero de pro casi siempre me ha tocado ser director (cosa que me encanta), pero mi pereza crónica me impedía preparar las aventuras con la profundidad necesaria, por lo cual he tenido años para afinar el útil arte de la improvisación.

        Me parece buena idea dejarle claro que la perdida de equipo no es definitiva, y mejor aún si se hace con un ‘ejemplo’ como tu comentas. De hecho la necesidad de recuperar alguno de sus objetos puede dar pie a alguna interesante aventura.

        En cuanto al tema de la negociación y el estado de ‘desanimado’, comentas utilizar como ‘amortiguadores’ (has usado ese termino en twitter y me parece muy adecuado) el tener que realizar promesas. He estado pensando y me he dado cuenta de que eso es exactamente lo que he estado haciendo de forma inconsciente en toda la partida:

        – El troll del puente era duro de pelar y Laila tubo que prometerle un diente de oro a cambio del suyo.

        – El rey de los trolls y la reina de las hadas no acababan de entenderse y Laila prometió interceder en futuras disputas.

        Estoy de acuerdo en que las negociaciones es mejor rolearlas, de hecho en toda la partida solo se hizo una tirada de ‘negociación’ y fue porque entre el rey de los trolls y la reina de las hadas la cosa estaba muy cruda (la tirada fue un fracaso y Laila tubo que prometer interceder en el futuro si hacia falta).

        ¿Si habrá un siguiente playtesting?, no te quepa duda, mi hija esta enganchada. De hecho mi mujer se ofreció a comprarle un juego de mesa y ella dijo que no, que ya tenia ‘el rol’.

        Un placer debatir este tipo de cosas con alguien de su sapiencia maese.

        • Ah, eso explica tu capacidad de improvisación, jejeje. ¡Yo también soy adepto de la senda del «máster vaguete»! 😀

          Efectivamente, la pérdida temporal de un objeto debería invitar a que surja una nueva aventura… así como la derrota de la propia Princesa. «¡Oh, no! ¡Han capturado a la Princesa Laila y la van a cocinar! ¿Cómo escapará?» Lo que se viene haciendo en los cómics y culebrones desde tiempos inmemoriales, vamos 😛

          Y francamente, llegados a este punto a mí me cuesta diferenciar quién hace qué inconscientemente 😀 Estoy seguro de que lo de las promesas me lo ha sugerido tu actual play 😉

          A estas alturas creo que podríamos formular las reglas a nivel general como «si el jugador acepta una complicación de la historia que sea lógica según sea el conflicto (pérdida de un objeto, promesa que debe cumplir, etc) puede evitar sufrir un estado perjudicial de su personaje (dolorido, derrotado, desanimado)».

          Eso sí… me preocupa que tu Princesa haya rechazado la oferta de comprarle un juego de mesa. A ver si vamos a empezar a destruir el sistema económico consumista a base de demostrarles las bondades del rol XDDDDD

          ¡Y el placer es mío, maese! Con este debate yo también estoy aprendiendo y sacando cosas en claro 😉 ¡Un abrazo!

          • Esa regla general que acabas de plantear me parece muy acertada, el sistema abarca muchas mas situaciones sin complicarlo de cara al jugador. Lo probare en la próxima partida.

            Lo que me chirría un poco es que el comportamiento no es exactamente el mismo (o eso me parece):

            – En combate si pierdes adquieres una complicación para no resultar penalizado. Esto esta claro: pierdes y tu estada para el golpe pero se rompe (dolorido+fracaso o complicación+FRACASO).

            – En ‘negociación’ no veo muy bien como ‘rolearlo’… Pierdes, le prometes al troll un diente de oro y ¿el acepta sin mas? (desanimado+fracaso o complicación+EXITO)

            Igual es que no acabo de pillarlo bien. Le daré unas vueltas a ver si me aclaro.

            En cuanto a lo del juego de mesa tranquilo que ya me encargaré yo de que el universo del frikismo abarca muchos mundos.

          • Se me han ocurrido algunos ejemplos, pero tengo que encontrar un hueco para escribirlos en el ordenador.

          • Lo que no quisiera seria complicar el sistema innecesariamente, a fin de cuentas es para niños.

            Esperaré a tus ejemplos antes de seguir opinando.

        • Ains… por fin tengo un teclado al alcance, jejeje.

          Lo principal es que el aceptar complicaciones (perder momentáneamente un objeto, hacer promesas, etc) no implica ganar automáticamente, sino poder seguir participando en la pelea o negociación.

          El ejemplo en el combate ya lo hemos visto: si renuncias a la espada puedes seguir peleando sin estar Dolorido, o evitar ser Derrotado y seguir combatiendo Dolorido, según cuándo decidas hacer la renuncia…. pues en la negociación sería parecido: si haces una promesa puedes volver a negociar a tope de dados y evitar pasar a Desanimado, o evitar ser Derrotado y seguir negociando Desanimado. Veamos un ejemplo:

          La Princesa Laila necesita el diente del troll de debajo del puente. Laila es una Princesa, con lo que normalmente es Buena negociando (2D). El troll es más de amenazar y menos de negociar, por lo que tira 1D.

          Laila: «Hola, señor Troll, necesitaría un diente suyo para poder ayudar a las Hadas. ¿Me lo da, por favor?» (poniendo ojitos a lo Gato con Botas)

          Troll: «¡No!»

          Vaya, el troll se resiste… entonces sacamos los dados para dirimir esta confrontación. Laila saca un 3 y un 4, se queda con el 4, pero el Troll va y saca un 5. «¡No y no te lo doy!»

          Entonces Laila tiene dos opciones: prometerle alguna cosa a cambio, como el bocata de jamón, y seguir tirando 2D, o guardarse el bocata para más adelante y volver a la carga con los ojitos y una ráfaga de «porfaporfaporfa», pero tirando 1D menos (se ha quedado Desanimada porque no ha funcionado su encanto princesil)

          Si vuelve a perder con 1D, la decisión sigue también en manos de la Princesa: puede dejar que el Troll se niegue en redondo («Que no, que no y que no… ¡y como sigas insistiendo te comeré, niña pesada!») o sacar entonces el bocata («¿Y si te doy este riquísimo bocadillo de jamón?») para que el Troll se lo piense y poder seguir negociando… aunque ella seguirá tirando 1D.

          Vamos, así creo que funcionaría la mecánica a grandes rasgos.

          Aun así, como te decía, yo preferiría rolear todo esto en lugar de dejarlo en manos del azar… y disfrutar viendo cómo se lo curra para camelarte, jejeje.

          • Ahora lo entiendo mucho mejor: la compilación lo que te permite es seguir la confrontación sin penalización. Me parece bien.siempre que no se acumulen compilación hasta el infinito con tal de no perder.

            De todas maneras como tu dices es preferible rolear estas escenas y no complicar las cosas de forma innecesaria.

          • Mmmm… hombre, en un combate físico tiene que haber algún límite en las complicaciones (perder objetos), pero en las negociaciones… ¿por qué debería haberlo?.

            Imagínate… «Vale, le has dado al troll tu bocata, pero recuerda que aún tienes que conseguirle un diente de oro, ordenarle la casa durante una semana, traerle una tarta, buscarle amigos, darle un juguete mágico y rascarle los pies durante un mes… »

            ¡Ganchos de aventuras para todo un mes! Y así aprenderá a no prometer tantas cosas a la ligera 😛

          • Y si al final te rindes y no le convences ¿le sigues debiendo todo lo que le has prometido?

          • Pufff… eso sería muy injusto ¿no? Es decir, ¿al final le vas a barrer la casa y a conseguir un diente de oro aunque al final no te vaya a dar el diente? No lo veo…

          • No, si yo tampoco lo veo, pero entonces creo que lo que propones no coincide con el sistema de combate, es en cierta manera inconsistente. Me explico:

            – En combate sacrificas elementos de equipo y si al final pierdes el combate ademas de quedar dolorido o derrotado te quedas sin equipo (es decir SI te quedas con las complicaciones).

            – En discusiones haces promesas y si al final pierdes la discusión te quedas desanimado o derrotado y no tienes que cumplir las promesas (es decir No te quedas con las complicaciones).

            No se si me he explicado

          • Pues… es verdad, tienes toda la razón. Tal y como la hemos formulado, la mecánica tiene resultados distintos según para qué se aplique. O_O

            Pero no se me ocurre ninguna alternativa que me convenza. Es decir ¿qué se podría utilizar como moneda de cambio en una negociación que pueda dejar efectos duraderos si se pierde dicha negociación? Y ya puestos, que sea intuitiva… ¿tal vez la reputación, por eso de que te humillas? ¿Alguna fobia? Mmmm… no me convence.

            Sin embargo, aun siendo inconsistente a nivel mecánico, sigo pensando que tiene mucha lógica. El combate físico es peligroso y meterse en uno tiene consecuencias peligrosas y muy reales. Una negociación no deja de ser un intercambio de ofertas y contraofertas para convencer a alguien de que haga algo, sin mayor riesgo que tocarle demasiado las narices a tu interlocutor. Con esta diferenciación estaríamos fomentando el diálogo antes que el combate físico, lo cual no les viene mal a nuestras Princesas 😛

            Claro, la movida es que ya no puedo fiarme de esta mecánica, que pensaba que era universalmente aplicable… ¿qué pasará en otras situaciones que aún no hayamos contemplado? ¿Nos saldrá igual de intuitiva y razonable, o nos hará un extraño inesperado?

            Por ejemplo… ¿qué pasa con las persecuciones?

            Jummm… desde luego me estás dando que pensar, maese Eneko. ¡No sabes cuánto te lo agradezco!

  18. Mañana la crónica de ultima aventura de la Princesa Laila. Esta vez ha tocado dungeon crawling, acertijos y un cliffhanger que casi provoca un motín cuando finalicé la partida.

    Al final vais a tener razón y me va a hacer falta un blog.

    • Jajajja, pues sí, haría falta un blog para todas esas aventuras, maese. Y me encanta ver que estás convirtiéndolo en una actividad semanal… a ver si ahora, con el mal tiempo, puedo hacer yo lo mismo 😛

      ¡Qué ganas de ver la siguiente entrega de la peli! 😉

  19. Vamos a por otro asalto dela princesa Laila. Esto empieza ser como ir a misa, todos los domingos toca.

    Para la tercera aventura de la princesa Laila decidí prepararme un poco mas las cosas; un par de horas antes de la partida le pregunté a mi hija de que quería que tratara la aventura esta vez. Ella meditó profundamente durante medio segundo decidío que quería un a fiesta y algún misterio, yo por mi parte quería un poco de mazmorreo y algún acertijo así que lo mezclé todo y e voila.

    Le pedí a mi hija que dibujara el plano del palacio y preparara una lista de invitados. Con todo preparado nos lanzamos a la piscina, eso si, esta vez con un poco de agua en ella.

    — La fiesta de cumpleaños —

    Todo empezó con Laila celebrando su cumpleaños (ahora sabemos que tiene 13 años) en palacio con sus padres . Tenían todo listo, habían traído un circo y los invitados comenzaban a llegar. Entre los asistentes a la fiesta se incluían dos orcos, un troll y unas hadas que Laila conoció en sus anteriores aventuras. Llegado el momento se sentaron todos a cenar animadamente.

    En mitad de la cena se dieron cuenta de que el ponche había desaparecido, trajeron mas para darse cuenta un rato mas tarde de que otra vez se había terminado, tras otro par de intentos fue obvio que algo raro estaba pasando. Ni corta ni perezosa Laila decidió investigarlo, para ello pidió ayuda a Pippin, uno de sus hermano pequeños.

    No fue sencillo encontrar la primera pista ya que Pippin tuvo que usar su lampara mágica de búsqueda de caminos, pero finalmente descubrieron unas huellas manchadas de ponche que llegaban hasta el trono del rey en el salón de audiencias.

    Decidieron preguntarle a su padre y esté les contó que bajo su trono se encontraba el acceso a las catacumbas del palacio, a las que hacia años que nadie entraba. Consiguieron convencerle para que les dejara explorarlas y este accedió (los antecedentes de Laila demuestran que es una competente aventurera).

    — En las catacumbas —

    Una vez dentro del las catacumbas encontraron en una pequeña habitación donde hallaron unas antorchas y un par de puertas. Una de ellas no se podía abrir desde este lado, así que abrieron la otra y tras recorrer un corto pasillo encontraron la salida bloqueada por otra puerta. Esta puerta tenia unos grabados y botones que la princesa Laila no tardo en descifrar y descubrir que era una simple suma que le indicaba el número de botones a pulsar.

    Esa puerta le dio acceso a una gran cripta con columnas, lapidas incrustadas en las paredes laterales y una grieta en el suelo que los separaba de la salida. Tras pensar un poco y decidir no utilizar su collar mágico de vuelo (prefirió reservarlo para otra ocasión) arrancaron una lapida de la pared y la utilizaron como puente. Todo parecía ir como la seda hasta que del nicho que habían destapado surgió un esqueleto con muy malas pulgas y se lió a tortas. El resultado del combate fue una Laila dolorida, la perdida de la espada de Pippin y un esqueleto despeñado por la grieta. Tras derrotarlo pudieron dedicarse a descifrar el acertijo de la puerta que resultó ser una serie que indicaba el número de botones a pulsar (1-2, 1-3, 1-? -> cuatro botones a pulsar).

    Esa puerta les dio acceso a una sala inundada en la que el único camino para cruzarla era ir moviendo una tabla entre los pequeños islotes que asomaban. Laila estuvo varias veces a punto de caer al agua, pero gracias a su hermano consiguió cruzar la sala y llevar hasta la siguiente puesta/acertijo. Esta puerta tenia grabada una llama y la palabra ‘apagame’. Este acertijo curiosamente la costo a Laila resolverlo, pero finalmente salpico la puerta con agua y esta se abrió.

    — El ladrón de ponche —

    Cruzaron la puerta y se vieron en un pasillo con tres puertas abiertas. La primera les llevó a una sala con el techo derruido en la que encontraron una pequeña llave de oro, pero casi pierden la vida bajo una roca caída. Cruzaron la segunda puerta y encontraron algo que no se esperaban: un niño dormido en una cama.

    El niño confesó ser el ladrón del ponche (le encantaba) y llevar casi un mes merodeando por el castillo y las catacumbas tras haber llegado ellas mediante un túnel. Ese túnel cruzaba desde un glaciar al norte de las montañas hasta la tercera puerta del pasillo. A Tommen (el niño) no le quedo otro remedio que cruzar el túnel para huir de los bandidos que habían destruido su poblado.

    Laila y su hermano se ofrecieron entusiasmados a cruzar el túnel con Tommen y ayudarle a buscar a sus padres. A mitad del túnel se dieron cuenta que sus antorchas se empezaban a apagar y no les quedo otro remedio que volver a las catacumbas y posponer la aventura para otro día.

    Prometieron a Tommen que no le contarían a nadie que estaba allí y tras descifrar otro acertijo en el que intervenían una serpiente y unas palancas consiguieron volver a palacio para preparar la búsqueda de los padres de Tommen.

    En este punto tuvimos que dejar la partida (era la hora de comer) lo cual casi provoca mi destrucción a manos de una niña de siete años.

    Espero que no se os haga demasiado largo este texto, no he podido resumirlo mas sin que pierda su esencia.

    • ¡Muy grande, maese Eneko! Esto que estás haciendo de convertir el rol en una actividad semanal es algo que me estoy planteando para los días de lluvia que se avecinan, y me vienen muy bien estas tramas que ya estás jugando con tu princesa.

      Me encanta cómo has incorporado los puzzles matemáticos, decididamente me los apunto. Mi Princesa también tiene que hacer series, aunque con figuritas y me parece una excelente forma de repasarlos y darles una utilidad «práctica» 😛

      Por cierto, ¿hubo algún momento en el que la mecánica no respondiera a lo que necesitabas de ella?

      ¡Un saludete y muchísimas gracias de nuevo por compartir todo esto, maese!

      • El tema de los puzzles es algo que me comentó tras la partida que le gusto mucho, así que ahora tocara buscar enigmas y acertijos adaptados a su edad (si sabéis de algún sitio donde conseguirlos os lo agradecería).

        La mecánica funcionó bien, pero mi hija siguió resistiéndose a sacrificar equipo para no quedar dolorida (a pesar de que le expliqué que era temporal y le puse algún ejemplo). No se dio el caso de que resultará derrotada, así que no se que habría hecho en esa situación.

        Hasta ahora había jugando a ‘dificultad fija’, es decir 4+ en D6 siempre era éxito. En esta partida introduje el tema de dificultad variable y lo entendió a la primera y le dio otro sabor a ciertas acciones (sobre todo a las mas difíciles).

        Mi intención para futuras partidas es intentar incorporar alguno de los amigos de mi hija a las partidas para ver como funciona el reglamento en grupos mas ‘numerosos’.

        El mundo de Laila (a dicho mi hija que no le gusta que le llamen princesa) se esta empleando a complicar, así que me estoy currando un mapa general en el que plasmar los reinos y sitios que van apareciendo en las aventuras. También me tengo que hacer una guía de nombres, que mi hija tienen mejor memoria que yo y cuando me equivoco con el nombre de algún PNJ me lo echa en cara.

        Un saludo y a seguir rodando dados..

        • Mmm… precisamente estoy a la caza y captura de esos puzzles y acertijos, maese. En cuanto tenga unos cuantos los publicaré por aquí.

          En el caso de haber sido derrotada por el esqueleto, yo habría hecho que perdiera el conocimiento y que Pippin la llevara de vuelta a Palacio, donde se despertaría tiempo después para recibir una bronca del Rey. Nada mejor que la amenaza de una nueva bronca paterna para que no se vuelva a arriesgar. 😛

          Y sobre el mapa, te recomiendo que sea tu hija quien lo elabore, y que también permitas que ella agregue sitios nuevos. Nada mejor para que broten las ideas a borbotones: ella te estará dando pistas de qué quiere visitar y por qué, y tú tendrás un filón para tramas que estás seguro que le van a interesar.

          ¡Un abrazo y muchísimas gracias por estos aportes, maese!

  20. Hola, Estoy haciendo un proyecto final de ilustración sobre una especie de caja roja de un juego de rol ambientado mas para un publico infantil y me ha encantado el sistema que has utilizado con tu niña, el que has subido a evernote, quería preguntar si me podría dejar adaptar ese sistema para mi proyecto ya que me ha parecido muy interesante, muchas gracias por su atención!

    • ¡Hola, África! Por supuesto, faltaría más ^.^ Y te agradecería un montón que nos referenciaras en tu proyecto de alguna manera 😉 ¡Gracias por preguntar!

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