Hace un par de años, cuando mi Princesa no tenía aún dos añitos, me entró un arrebato de esos que nos entran a los padres frikis de hacer algo personal para nuestros hijos. En aquel momento estábamos en plena vorágine de los Cantajuegos (que tiene pinta de que será el Barrio Sésamo de esta generación), y se me ocurrió que ¿por qué no tener en nuestro repertorio una canción propia, con coreografía y todo, para poder cantar durante el verano?
Así que en un par de noches al teclado conseguí pergeñar unos párrafos sobre una isla que no era tal, sino algo tan rolero como un Dragón Tortuga dormido. Una imagen que se me quedó grabada en mi adolescencia, procedente de un tebeo de El Jabato que no he sido capaz de localizar. La melodía y la coreografía corrieron a cuenta de mi Reina, y así ese verano disfrutamos de una cancioncilla que cantar y bailar los días de playa y piscina.
Pero al poco se me ocurrió que podíamos plasmar la canción en un pequeño cuento ilustrado, como esos de los que hay a docenas en las secciones infantiles de los supermercados. Uno que mi Princesa pudiera hojear mientras cantara la canción y que le sirviera también para cuando empiece a leer. Total, si hoy día es sencillísimo, teniendo al alcance cosas como Lulu o Bubok…
Así que me puse manos a la obra. Lo primero que tuve claro es que iba a contratar un ilustrador. Sí, sé que hay un montón de amigos ahí fuera que lo habrían hecho gratis y de mil amores, pero soy de esos que piensan que un trabajo es un trabajo y como tal hay que pagarlo 😛 Hice cuentas y me fijé un presupuesto.
Lo siguiente fue buscar el ilustrador. Estuve valorando seriamente la posibilidad de apuntarme a 99designs (como recomienda el mismísimo Planetahuevo en este post), me registré en Ediciona, (una página web donde figuran un montón de profesionales relacionados con el negocio editorial) y también contacté tímidamente con algunos ilustradores que tenía más a mano. Al final me decanté por Fernando de Pablo, más conocido como @dibujario en los ambientes del Visual Thinking, que aceptó el presupuesto porque le daba la oportunidad de ejercitar también su faceta de ilustrador infantil.
Le envié un documento detallando el contenido de cada página y los textos, y tras una serie de pruebas y reuniones para definir y fijar el estilo Fernando comenzó a trabajar. Lo cierto es que fue un lujo trabajar con él, ya que acertó a la primera con el estilo de dibujo que quería (infantil, por supuesto) y casi no tuve que decir nada sobre los diseños que me propuso. Vamos, un profesional como la copa de un pino.
Al cabo de un tiempo (tal vez más de lo que esperaba, jejeje) por fin tuve los originales. Con ellos y un poco de Scribus y GIMP fue realmente sencillo hacer el PDF y subirlo a Lulu para hacer la primera prueba de impresión. Y… como todas las pruebas, resultó un poco decepcionante. Resulta que no había previsto que tenía que haber una portadilla y una página más al final, con lo que las páginas aparecían descabaladas. 😛 Tras corregir el PDF con eso y un par de detalles más, hice un nuevo pedido, y esta vez ya estaba todo correcto.
Lo último fue entregarle el resultado final a mi Princesa. Lamentablemente ella ya había visto algún boceto del proyecto porque me había pillado en el ordenador, así que no se sorprendió demasiado 🙁 Pero lo cierto es que cada vez que ha venido alguien por casa lo ha enseñado toda orgullosa como «el cuento de su papá». Y sus amiguitos del cole le tienen un poquitín más de envidia, lo cual siempre está bien, jejeje.
Y bueno, como he quedado muy contento con el resultado y estamos en esta era de la libre información y compartición de la cultura, ¿qué menos que compartirlo con vosotros, padres frikis? 😛
Aquí podéis descargaros un .zip (34 megas) con la portada y las 8 páginas de contenido en alta resolución, para que lo veáis en el ordenador o lo llevéis a una imprenta. O cometáis la locura de imprimirlo en vuestra impresora a color… allá vosotros.
Si queréis tenerlo en físico, sois usuarios de Lulu y os sobra la pasta, aquí tenéis un enlace al proyecto en la página de Lulu, para que no tengáis que perder el tiempo eligiendo tipos de papel, formas de encuadernación, tipos de portadas, etc. Eso sí, como digo es una opción para los que os sobre la pasta, porque el precio que figura es lo que cuesta hacerlo sin añadirle un céntimo de más… y ya veis que no es precisamente barato.
Y si os apetece echarle un vistazo en un formato más portátil, aquí podéis descargaros una versión pdf para tablets o móviles (5 megas). No está optimizada para que las páginas ocupen toda la pantalla, pero al menos se pueden ven las ilustraciones enteras, cosa que no era posible si lo intentabais con el .zip.
Por supuesto, si tenéis alguna sugerencia, observación, consejo o lo que sea, no dudéis en ponerla por aquí. Soy el primer interesado en mejorar el resultado todo lo que sea posible 😉
Y si os ha molado el Dragón Tortuga, ¡decídmelo! Que igual un día de estos subimos la melodía y la coreografía… aunque no prometo nada, jejeje.
Actualización:
Y si os interesaba la melodía, podéis encontrarla en esta otra entrada.
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