Así es, el pasado jueves, día 29 de mayo, vino por fin el Pequeño Bárbaro al mundo.
Ha sido un parto más complicado que el de su hermana, lo que ha hecho los últimos días un poco durillos, pero desde entonces sólo hay buenas noticias. La mamá está recuperándose muy bien y él está con un ciclo de antibiótico, pero por lo demás está estupendamente. De hecho, no he podido evitar sentirme orgulloso cuando el Pequeño Bárbaro se revolvió el primer día de tal forma que la enfermera tuvo que llamar a otra para que le ayudase a controlarlo. ¡Él solo contra dos enfermeras! El tiarrón ya va apuntando maneras, ya XDDD
En fin, que empieza para nuestra familia una nueva etapa llena de cambios. Y uno de los primeros que hay que hacer es… la cabecera del blog, claro 😛
Como recordaréis, en enero de este año el inconfundible Manu Saez le dio su toque a los personajes creados por Dibujario para anunciar lo que se nos venía encima:
Pues bien, cuando supimos que lo que venía era un chaval, tuve la suerte de poder contar con la mismísima RU-MOR, últimamente ocupada con las ilustraciones de Walküre, para que hiciera su propia versión:
Y yo sigo sin salir de mi asombro. Éste es el resultado final tras un par de mails, y con tan sólo una precisión sobre las naricillas 😛 No tengo ni idea de cómo ha logrado plasmar exactamente lo que tenía en la cabeza, pero mi Reina y mi Princesa aplaudieron a rabiar cuando la vieron por primera vez… y encima me ha enseñado bastantes cosillas sobre formatos de imagen e impresiones, jejeje. ¡Muchísimas gracias desde aquí, dama RU-MOR!
Pero claro, con esta cabecera tan genial no he tenido más remedio que liarme la manta a la cabeza y darle un pequeño cambio también la plantilla del blog. Al final he escogido el tema Tempera para sustituir al Graphene que tenía hasta ahora, sobre todo por su diseño adaptativo y por la forma de presentar las imágenes de los posts, que le da un aire mucho más estiloso.
Y poco más. Intentaré no retrasarme tanto como hasta ahora en actualizar el blog… aunque espero que entendáis el motivo, jejeje.








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