No deja de tener su gracia que en menos de una semana hayan coincidido las dos cosas. Por empezar con lo bueno, ahí va mi mejor sueño:
Batman siempre ha sido mi superhéroe favorito por muchísimos motivos, y varios de ellos están perfectamente reflejados en el Batman: Arkham Asylum. Sí, ya sé que para muchos de vosotros ya es muy antiguo y que se ha anunciado para otoño de 2011 el Arkham City, pero no me había hecho con este juego hasta hace un par de meses. Es ahora cuando he podido sacar un poco de tiempo para jugarlo… y me lo estoy disfrutando cosa mala.
Es una gozada eso de subirse a cualquier parte con la pistola de garfios, utilizar la «visión de detective» para examinar el entorno, caer en mitad de una concentración de matones y repartir estopa a diestro y siniestro. Pero lo que más me está gustando es eso de dejarlos inconscientes de forma sigilosa… y ver la reacción de sus compañeros cuando notan que falta uno de ellos o cuando lo encuentran colgado de algún saliente boca abajo. Me encanta eso de sembrar el desconcierto y el terror entre los malos.
Nota mental de mastereo: esta es una de las recompensas «no tangibles» que hay que cultivar más en las partidas de rol. Eso de que los oponentes de los PJs les conozcan por su reputación y se acochinen o directamente huyan es inmensamente satisfactorio.
En lo que llevo de juego hay una escena en la que el Espantapájaros dice «Batman, es hora de ver cuál es tu peor pesadilla». Por supuesto, la de Batman está relacionada con sus padres. Pero la mía es muy, muy parecida a la de este trailer del videojuego «Dead Island». Iba a comentar que el vídeo es para mayores de 18 años, pero parece que Youtube ya lo ha catalogado de esa manera.
Por si os lo estáis preguntando, no, no es que de repente me den miedo los zombis. Siguen sin darme repelús la sangre a borbotones, las decapitaciones, las amputaciones o los pasillos llenos de engendros que se arrastran en busca de carne fresca. Lo que me ha dejado muy mal cuerpo, como le comentaba a Tiberio en su Facebook, es esta parte del trailer.
Un padre llegando tarde para salvar a su hija pequeña.
Supongo que cuando uno adquiere ciertas responsabilidades, como analizaba certeramente Repronto en esta entrada, los horrores personales cambian sustancialmente. Ya lo sospechaba cuando The Walking Dead me dejó muy tocado con una escena sobre la esposa de Rick y su bebé, pero después de lo de hoy ya sé que prefiero mi material de miedo sin muertes de niños pequeños, gracias.
Vosotros, los que aún no tenéis niños, aprovechad, que tiene buena pinta. Yo prefiero seguir deslizándome por los tejados en noches con una luna imposiblemente grande 😉
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