Este verano me he hinchado a leer material de Paizo. Llevo suscrito a las Adventure Paths de Pathfinder desde que anunciaron Kingmaker, un sandbox adaptado a los nuevos tiempos, y antes de marcharme de veraneo me llegaron su última entrega y la primera de la nueva AP: Serpent’s Skull. Como esta campaña me llamaba mucho menos la atención, lo primero que hice fue leerme Souls for Smuggler’s Shiv para decidir si seguía con la suscripción o no.
La aventura comienza con los personajes (de nivel 1) tirados en la playa en una isla con otros cinco PNJs, cada cual con sus motivaciones y movidas interiores, y desde ahí la iniciativa cae en manos enteramente de los PJs. Existe una línea argumental que pueden seguir si quieren, pero si no la siguen tampoco pasa nada.

No sé si serían las secuelas de haberme tragado las dos últimas temporadas de Perdidos en cuatro días, si sería por el planteamiento de minisandbox, por el ambiente veraniego del módulo (isla, playitas, dinosaurios, etc), por el excelente arte que lleva o por todo lo anterior a la vez, el caso es la aventura me gustó bastante. Tanto que aproveché que me había llevado el portátil para empezar a leerme el primer Adventure Path, el Rise of Runelords, y me ventilé los tres primeros módulos en una semana. Éstos no son tan abiertos, son mucho más clásicos y dirigistas, pero son como las pipas, en cuanto comienzas ya no puedes parar.
En ciertos momentos sentí un cierto placer culpable, la verdad. Sé que posiblemente jamás jugaré estas aventuras, que me he dejado la pasta en juegos que nunca emplearé para lo que fueron creados y que acabarán en la estantería junto con otros cientos de libros… pero me lo estaba pasando en grande únicamente leyéndolas. Pero ¿por qué?
Pues principalmente porque son historias. Al leerlas me estaba imaginando al típico grupo de PJs pasando por allí y haciendo todo lo que espera el autor que hagan, pero también me estaba enterando de cosas como el pasado de los PNJs, sucesos que ocurren mientras los PJs hacen otra cosa, etc etc que en una partida jamás saldrán a la luz. Y cuando la aventura se juegue, seguro que habrá sitios y PNJs que no aparecerán en la partida, como nos ha pasado a todos y está pasando en la partida de Burnt Offerings de Juglar de Oz. Una pena, porque ahí se quedarán, con sus descripciones, características, trasfondos y escenas prediseñadas… o peor aún, llegarán los PJs y lo estropearán todo 😛
Así que, en cierto modo, leerlos es disfrutar todo el conjunto y jugarlos es disfrutar sólo una parte. Aunque leerlos Y jugarlos es lo ideal, claro.
¿Es trasladable esto a todas las publicaciones de rol? Pues… no te diría yo que no. En los libros básicos hay un montón de habilidades, opciones, reglas y demás que posiblemente no usen nunca los jugadores, pero mientras los leo estoy imaginando situaciones, personajes, acciones… y lo mismo me pasa con el trasfondo, si el libro contiene alguno.
Por eso suscribo totalmente la declaración que en su día hizo Cruzdecaminos. Por supuesto que sería la caña poder jugar todo el rol que tengo, pero no me siento pecador por leerlo sin jugarlo. Mi imaginación se despierta mucho más que con cualquier libro, película o videojuego, y eso hace que siga queriendo comprar y leer más rol… y eso seguiré haciendo hasta que el mundillo se colapse. Aunque parece que esto cada día está un poco más lejos de ocurrir, jejeje.
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