Ayer estaba siguiendo España Directo, el programa de Televisión Española, y lo flipaba viendo las imágenes de destrucción que los dos terremotos seguidos habían dejado en Lorca. Pero lo que más me impresionó, mucho más que la secuencia de la torre derrumbándose, fue el escuchar los gritos de angustia, de miedo, de terror auténtico que había de fondo.
Y todo eso sin recordar que tenía amigos de los que preocuparme en Lorca. Los amigos de la Marca del Este.
Imaginaos cómo se me quedó el cuerpo cuando entré en Facebook esa misma noche y me enteré. La tragedia de ayer tomó una dimensión totalmente nueva para mí.
Afortunadamente, tengo entendido que no han sufrido más que daños materiales. Y digo afortunadamente porque, al lado de una muerte, unos daños materiales parecen poca cosa. Pero seguro que seguirá existiendo el miedo, la incertidumbre, la noche al raso sin saber si volverá una réplica más fuerte que termine por tirarlo todo abajo…
En fin. No puedo ni ponerme en el lugar de los lorquinos, aunque haya experimentado varios terremotos en mi Granada paterna, pero desde aquí quiero mandarles un inmenso abrazo y toda mi solidaridad. Mucho ánimo y mucha suerte a todos.
Es bueno saber que están bien, las cosas rotas se arreglan y punto.
A ver si Lorca recupera pronto la normalidad.
¡Un abrazo!