¿Se puede ser fan de un grupo de música sin haber ido a uno de sus conciertos? ¿Se puede ser comiquero u otaku y no ir en tu vida a un Salón? ¿Se puede ser aficionado a la Fórmula 1 sin haber estado jamás en un circuito? ¿Se puede ser rolero y no acudir nunca a unas Jornadas?
Pues claro que sí, sin ningún problema. Pero en todos los casos te estás perdiendo la experiencia de compartir tu afición con un montonazo de gente como tú. Una experiencia que, como decía el año pasado, al final te acaba enganchando cosa mala…
Por la mañana
Cuando llegué a eso de las 11 ya era casi imposible aparcar por la zona… pero al final lo conseguí. Y en la misma calle me encontré a Bandido, Ismael de Holocubierta y Steinkel, departiendo amigablemente. Con los dos últimos entré en el polideportivo, trayecto que aproveché para preguntarle a Steinkel sobre lo de Lorca… y respiré aliviado cuando me contestó que finalmente sí se hará. Hasta con poster de Chainmail Bikini y todo. Menos mal, porque ya tengo convencida a mi Reina para poder ir 😛
En cuanto aparecí por la puerta ya estaba aquello de gente hasta la bandera. Sólo me dio tiempo a conocer en persona al gran Dani H.G./Plunder (¡¡un placer, maese!!) antes de que me secuestrara el maestre Meroka para echar una partida con el maese Kharma, el maese Killer in Shadows, la Reina del maestro Calaboso y Carlos Plaza, que el tío viene desde Barcelona todas las LES para echar una partida a su Shadow Hunters. Y como me confirmaron que todas las plazas para las partidas ya estaban ocupadas (me dijeron, literalmente, «ni se te ocurra preguntar por las de La Puerta de Ishtar, que tiene todas las plazas ocupadas hasta mañana«) pues allá que me empotraron en una partidaca con seis jugadores que se prolongó toda la mañana. Vale, la investigación se nos atragantó cosa mala, pero el sistema sin dados me resultó de lo más curioso. Por no hablar del libro, que me pareció una auténtica preciosidad. ¡Enhorabuena, maestro Carlos, por haber logrado editarlo así!
El yantar
A media mañana las partidas se acabaron y fuimos juntándonos para comer algunos de los maestres de la SGRI junto con otros ilustres invitados (Calaboso, George1516, la gran estrella mediática Wachinayn, Bester Brainstormer, Jan Cantor, Lord Pengallan y su Reina, que yo conociera…), entre los cuales estaba el mismísimo Talha, al que tenía muchísimas ganas de desvirtualizar desde hace tanto que ya ni me acuerdo. Y desde allí fuimos unas veinte ¡20! personas en paz y armonía… al picnic de la SGRI.
Sí, picnic. Con neveritas, tarteras, bocatas y hasta hule a cuadros.
Como bien dijo el maestre Bayo, esta sociedad Gastronómica va degenerando… la crisis, la crisis.
Sea como fuere, acabamos yendo al parque que había enfrente del polideportivo, donde hallamos una colina que daba un +2 a la defensa (según consenso alcanzado por los múltiples masters presentes). Allí nos instalamos y se departió de lo divino, lo humano y lo friki, con inevitables referencias a la actualidad del mundo rolero-internáutico.

A la tarde
La vuelta al polideportivo no costó tanto con la perspectiva de poder tomar un café allí. Una nueva oportunidad de degustar las fantásticas pastas caseras que tanto aprecio… y de darme una vuelta para echar un ojo a tantas y tantas mesas llenas de juegos de mesa, vistosos escenarios para los torneos de wargames e incluso ¡un coliseo con gladiadores y todo! Impresionante.
Fue inevitable visitar el mercadillo, inevitable fijarme en un gigantesco lote con los 8 primeros números de la revista Fight On!… e inevitable llevármelos para la saca, claro. Qué duro es ser solidario 😛
Tras saludar a los maeses Oscar Iglesias, Raquel Cano y Álvaro Isorna, ¡que se habían traído a sus hijos!, pude robarle un momento al gran Roberto Alhambra para que me firmara su libro, que había llevado a propósito. El tío no sólo se prestó, sino que lo hizo con una simpatía irresistible y me contó que la siguiente entrega saldrá en Noviembre.
Por cierto, que también me llevé un Polaris con la esperanza de pillar a Fran Conbarba por banda… pero no hubo suerte. Cachislamar… tendré que llevármelo el año que viene. ¡No os creáis que os habéis librado, señores! 😀
Al final, tras deambular un rato, me apunté a una partidaza al Unknown Armies que estaba arbitrando de tapadillo Jan Cantor en la zona de juegos de mesa. Me uní a mis compañeros en el crimen Beatriz, Bester Brainstormer y Lord Pengallan en lo que parecía una misión rutinaria que por poco no degeneró en un Fiasco. Como era de esperar en Unknown Armies, empezaron a pasar cosas rarísimas… ¡y no sólo en la partida!

Momentos Kodak aparte, me lo pasé como un enano en una aventura que acabó desbarrando pero no demasiado. Un motivo más para lamentar profundamente no poder unirme a vuestras reuniones semanales, maestres 🙁
Y cuando quise mirar el reloj era ya la hora de volverse a casa. Me despedí de todos los que pude y más, hice algunas fotos, me pasé por el Japan Weekend para dejar a alguien… y me encontré deseando que llegue cuanto antes la próxima oportunidad de volver a otra de estas. Con deciros que ahora estoy casi convencido de ir a los Edge Days…
En fin. Quisiera dar las gracias a los camisetas naranjas por el pedazo esfuerzo que habéis hecho para que nos sintamos tan a gusto en todo momento. Lástima que el calor fuera incontrolable… pero eso sí, el año que viene ¡me llevo la mesa al campo de fútbol! 😛
Deja una respuesta