Esta mañana, cuando llevaba a la guardería a mi Princesa, hemos visto los dos en el cielo una Luna inmensa y blanca que nos contemplaba desde lo más alto del azul matutino.
– Papá, ¿cogé la Luna?
– ¿Quieres que te coja la Luna?
– Sí, cogé la Luna a Pincesa.
– Venga, vamos a cogerla los dos.
Y allí nos vio el frutero a los dos, alzando las manos e intentando agarrar la Luna.
– Papá ¡cogé la Luna!
– Pero ¿para qué quieres la Luna con lo bien que está ahí?
– A jugá Pincesa.
Ay… bien sabes que si pudiera lo haría. Pero tranquila, mi Princesa, que te daré no sólo una luna, sino cientos, para que juegues con ellas… la Luna Roja gloranthana, Lunitari, Solinari, Nuitari, Endor…

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