Las firmas de George R.R. Martin

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Como muchos sabréis, el día 10 pasó por Madrid el padre de Canción de Hielo y Fuego, posiblemente la mejor serie fantástico-medieval que se haya hecho hasta el momento. Pese a mis primeros reparos sobre la organización del evento, quiero agradecer a Generación X el resultado.

Y es que aunque no es plato de gusto hacer dos colas en el mismo sitio a distintas horas del día, he de reconocer que no se me ocurriría otro modo de organizar semejante cantidad de gente sin los problemas que habría traído la clásica fila. Es cierto que estamos hablando de frikis y, por tanto, de gente más civilizada de lo normal, pero nunca se sabe.

A primera hora del jueves me presenté por la zona del centro de Madrid… y me perdí. Nunca había estado en Generación X de la calle Puebla y el mapa que consulté en internet resultó erróneo. Así que me vi a las 10 de la mañana vagando por ese submundo que es la calle Desengaño, llena de prostitutas y de chulos. Y yo pensando que vaya una forma de presentar Madrid a Martin, con el peligro que éste tiene. Como te descuides te mete en la saga una Ciudad Libre que se llame Mayrit que se dedica al placer pagado…

Pero bueno. Por fin, merced a una llamada a mi Reina, conseguí localizar la tienda. Y fue al dar la vuelta siguiendo las indicaciones del cartel cuando casi se me cae el alma a los pies. Una nutrida fila de frikis esperaba en la calle lateral. Al parecer la cosa iba a ser más multitudinaria de lo que me esperaba…

Visto ahora, en esta foto hecha con el móvil no parece que hubiera tanta gente… pero en aquel momento parecían muchos más.


El puntillo de la mañana fue un policía municipal de una comisaría que había enfrente, que me preguntó qué era lo que pasaba porque nunca había visto que se formaran colas allí. Se lo expliqué y aproveché para preguntarle cuántas personas calculaba que estábamos allí. Cuando dijo que unas sesenta respiré más tranquilo, no me iba a quedar sin firma.

A las diez y cuarto, quince minutos antes de lo anunciado, se empezó a mover la fila, y comenzaron los inevitables rumores. El más jodido era que Martin iba a empezar a firmar a las 12 y media… y yo no llevaba nada, absolutamente nada para que me firmara. Ya me veía en lo peor cuando llegué a la puerta donde daban los números… y respiré aliviado al ver un cartel que ponía «Se puede escoger hora» y «Dos firmas por persona». Cogí número para las cinco y media y me volví para casa.

Por la tarde conseguí convencer a mi Reina para que se viniera a ver a Martin y a hacer fotos. Conseguimos colocar nuestra Princesa un par de horas, volvimos con tranquilidad al centro de Madrid y nos asomamos de nuevo al callejón lateral. Allí nos informaron de que llevaba retraso y nos dispusimos a pasar el tiempo lo mejor posible.

Solución antihackeo de los números de turno, made in Generación X: sello de la tienda y… tachán… carta del A game of Thrones CCG. Simplemente brillante.


Fue imposible que no nos fijáramos en el resto del frikerío que esperaba. Muchas camisetas de Asshai, muchas de Befriki (¡¡alguna de los infames Lannister!!), mogollón de heavies, mogollón de melenas, de perillas… Crom, salvando un par de personas «normales», casi todos eran frikis de manual. Supongo que mi Reina y yo éramos una mezcla entre ambos extremos, pero es una visión totalmente subjetiva. Igual otros me meterían también en el mismo saco que al resto, jajaja.

Nótese el contraste entre la gama de colores del frikerío del fondo, que oscila entre el negro y el blanco, y lo «chillón» de mi atuendo.


La gente iba pasando de diez en diez números. Mientras tanto nosotros habíamos descubierto que a través de las ventanas de Gen X que daban al callejón podíamos atisbar… al propio George R. R. Martin firmando.

El primer comentario de mi Reina: «¡Pero si se parece a Papá Noel!»

Al final llamaron los diez números entre los que estaba el mío, y entramos con toda la ilusión de sentarnos por fin delante del Maestro… pero de pronto nos hacen bajar a un ¿sótano? donde ya había más gente esperando. Y antes de que pudiéramos sentinos decepcionados ante la perspectiva de otra espera, lo primero que saturó nuestros sentidos fue EL OLOR. Una mezcla de humedad con partículas de queso y patata frita que literalmente te daba una bofetada en la pituitaria según entrabas.

Y es que en esa sala de espera había algunas cosillas para picar y beber, cortesía de la casa. Todo un detalle, pero hay que tener en cuenta que desde primera hora de la mañana ese sótano sin demasiada ventilación había acogido docenas y docenas de patatas, de aperitivos de queso y también de sudores de alguno que otro. Mi Reina hizo una verdadera proeza al aguantar semejante atmósfera opresiva. Casi no lo logra.

Al bajar nos explicaron que ibamos a esperar un poco más y que, mientras tanto, podíamos ir rellenando un cuestionario con algunas preguntas sobre Martin y su obra. Quien acertara más respuestas iba a entrar en un sorteo para ganar el nuevo artbook de la saga o no se qué. Claro, no tenías demasiadas opciones de ocio en esa mazmorra, así que nos pusimos a resolver las preguntas. Había algunas realmente complicadas… suerte que llevaba la Blackberry encima y pudimos consultar la Wikipedia para resolverlas. Pero tranquilos todos los que me lean y que también participaran en el concurso, porque mi Karma me sigue persiguiendo, como veréis más adelante.

Una vez finiquitado el test pude darme el gustazo de sacar mi AGOT RPG Deluxe y presumir de él delante de un público que sabe lo que es, algo que dudo mucho que vuelva a poder disfrutar jamás. Pero justo en ese momento nos llamaron a cinco y, esta vez sí, cuando subimos las escaleras nos situaron alrededor de Martin.

Mi Reina y yo fuimos dejando que el resto de nuestros compañeros fueran recogiendo las firmas antes que nosotros. Y la verdad es que Martin se portó. Joer, el tío llevaba desde las doce y media de la mañana recibiendo gente y firmandoles cosas de lo más inverosímil, y a las seis y media seguía queriendo intercambiar al menos unas palabras con cada persona que se le acercaba. Ole sus huevos…

Una de las cosas que más me escoció fue el ver que en la mesa donde firmaba había un pequeño montoncito de regalos que la peña le había hecho, entre ellos una botella de Protos. Demasiado pequeño para la cantidad de gente que había desfilado por ahí… ¿por qué no se nos ocurrió también a nosotros? Nchts.

Los más originales, las pizzas de Befriki con esos emblemas de las Casas de la saga. Lástima que no hayan servido para atenuar las tensas relaciones que tienen con Martin por el tema de sus camisetas.


Mientras llegaba mi turno tuve la oportunidad de saludar a Biovac (aunque erróneamente le llamé Multivac… leo demasiado Asimov últimamente, me temo), miembro del legendario grupo Aviador Dro y propietario de Generación X. Y pese a mi metedura de pata del principio, estuvo sonriente y dispuesto a comentarme alguna que otra cosilla como que la mujer de Martin había estado por la mañana.

«Multivac, dice… qué cachondo el barbas este que ni se ha presentado ni ná»

Finalmente, tras la firma de un tipo que le dio las gracias por haber creado el personaje de Samwell Tarly, me tocó verme las caras con el Maestro. Lo primero que hice fue ponerle el AGOT RPG deluxe delante… y Biovac me bajó de las nubes comentando que ya era el tercero que veían ese día. Vaya.

Martin me preguntó si realmente lo utilizaba para jugar, y le expliqué que estábamos usándolo para una campaña que transcurría durante el reinado de los Targaryen usando el sistema Tri-Stat. Una mentira enorme que espero enmendar este verano, eso sí. El autor coincidió conmigo en que era una lástima que la editorial hubiera quebrado porque era un libro realmente alucinante.

El momento de la firma… ¡mil gracias, mi Reina!


Por si no lo conocéis, este tochaco de libro fue la apuesta de una empresa canadiense de juegos de rol, Guardians of Order. Cuando consiguieron la licencia para sacar el Juego de Rol basado en la obra de Martin, hicieron dos versiones del juego. La primera versión es la sencilla y es la que tradujo Devir para su infame edición (esa que se descuajaringaba al tocarla), y la segunda fue una edición de lujo que costaba la friolera de 100 dólares de los de hace tres años. Entre el desplome del dólar y la mala distribución (creo que se imprimía en Hong Kong), las cosas se torcieron tanto que Guardians of Order quebró.

El caso es que de la edición de lujo, que cuenta con muchísima información y con DOS sistemas de juego (un d20 «realista» y el Tri-Stat) sólo se editaron 2.500 unidades, de las cuales las 250 primeras venían con una firma del propio Martin. Yo tuve mala suerte entonces, claro…

Pero tres años después tengo una pedazo de dedicatoria a mi nombre, de su puño y letra, deseándonos felices aventuras. Sólo falta iniciar una campaña bajo tal bendición del Maestro.


Para la segunda firma tuve que elegir. No era fácil porque tenía dos candidatos: la primera edición en castellano de Juego de Tronos o la edición inglesa de la misma. Finalmente me decidí por la edición en castellano:

Y finalmente un apretón de la mano que ha puesto en negro sobre blanco la que tal vez sea una de las sagas de fantasía medieval más laureadas de todos los tiempos:

Momentazo para mi álbum particular.


Ah, sí, con las prisas y la emoción finalmente se nos olvidó entregar el cuestionario del concurso de Generación X. Mi karma, haciendo siempre de las suyas.

Y eso es todo. Me ha quedado un post bastante largo, pero la ocasión merecía estas noches que he pasado escribiéndolo. Definitivamente que sí.

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4 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena por las firmas, ha quedado un post muy simpático :).

    Yo el jueves curraba, así que no me acerqué por la tarde. Un amigo mío fue con su mujer y unos colegas y estuvo insistiéndome para que le acompañara (también ha enviado fotos del evento), pero le dije que no iba porque…

    …no tengo ningún libro de George R.R. Martin :O.

    Me han prestado los cuatro libros de Canción de Hielo y Fuego, e incluso Muerte de la Luz (curiosísimo relato de ciencia ficción), pero no poseo ninguno de sus libros. Espero que suceda como con El Señor de los Anillos y cuando por fin se editen todos se vuelva a vender una edición de superlujo que entonces sí compraré ;).

    Ahora que lo pienso, me podría haber firmado el juego de tablero. Teniendo en cuenta que siempre pierdo, igual me habría mejorado la suerte con su firma en las reglas :D.

    Saludetes,
    Carlos

  2. Pues si te digo la verdad, yo esperaba que hubieras ido por allí. Aunque no nos hubiéramos reconocido me habría molado eso de haber estado los dos en el mismo sitio, jajaja.

    Ojalá me equivoque, pero dudo que volvamos a ver a Martin por España. Vamos, yo no me he arriesgado a esperar a esa edición de superlujo para que me la firme, porque ¿has visto cómo está de mayor? Piensa que le quedan aún tres libros, a dos años por libro… más lo que tardará la traductora de Gigamesh… puff.

    Y ya te contaré si la firma de Martin da suerte cuando juegue al AGOT este verano. Entonces veremos si has perdido una gran oportunidad para apalizar a esos Lannister en el tablero, jejejeje

    Un abrazo y siempre un placer tenerte por aquí, Carlos!

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