A pesar de que pensaba que en estas vacaciones no iba a tener suficiente tiempo para nada friki, he conseguido apañármelas para leer estos dos libros de Max Brooks. Pero por razones desconocidas incluso para mí lo hice en el orden inverso, y eso que los tenía a los dos a la vez. Todavía no me lo explico. Supongo que uno nunca deja de sorprenderse a sí mismo.
Bueno, vayamos al lío.
Guerra Mundial Z
El autor nos lo vende como el fruto de un informe que le pidió la ONU sobre los doce años y pico que duró la guerra contra los No Muertos. La ONU sólo quería datos y gráficos, así que al final se tuvieron que dejar las entrevistas fuera del informe. Sin embargo la propia responsable de la ONU le anima a publicarlas en forma de libro, que es el que se supone que tenemos entre manos.
El libro se lee bastante bien, pese a que es un tochaco. No voy a resumir cada apartado del libro porque ya lo hacen en la wikipedia (y muy bien, con los espoilers justos y necesarios), me limitaré a comentar las cosas que me han llamado más la atención.
Si me preguntaran qué es lo que ha aportado Max Brooks a toda la mitología zombi, diría que es el primero en subrayar el peligro de los zombis subacuáticos, los que acabarían bajo los lagos, los mares y océanos. Sí, sé que la idea de los zombis submarinos no es original, pero hasta ahora creo que no se habían explorado todas las implicaciones: el impacto en los trabajos de las plataformas petrolíferas o en la pesca, lo arriesgado de bañarse en la playa o la posibilidad siempre presente de que aparezca un nuevo brote en un pueblecito costero.
Además también abunda sobre una hipótesis mucho más probable de lo que pasaría en el «período después». Hasta ahora la visión más común en la ficción es que un apocalipsis Z a gran escala deja la humanidad reducida a escasos grupos de supervivientes asediados y aislados. Y si la obra continúa la historia desde ahí, los supervivientes se enfrentan entonces al reto de crear una nueva sociedad desde cero.
En cambio, en Guerra Mundial Z los gobiernos han sobrevivido de una u otra forma, la mayoría mediante la aplicación de un plan muy despiadado pero eficaz. En el caso de los EEUU consiguen estabilizar un pequeño territorio y reeducar a su población para emplearlos en profesiones del sector primario y secundario. Gradualmente van ampliando su territorio, retomando contacto con los asentamientos aislados y, por fin, se recomponen lo suficiente como para lanzar una ofensiva de reconquista sobre el territorio Z.
¿Terrorífico? No tanto como si sobrevivieran y organizaran un nuevo gobierno en alguna otra parte… (Imagen realizada con www.zombiesingles.com, site descubierto gracias al Twitter de SuperSantiEgo)
Es toda esta parte, la de estabilización y la de conquista, la que más ideas aprovechables contiene para seguir sorprendiendo en campañas largas de AFMBE, aunque como estamos viendo en The Walking Dead ideas no faltan, precisamente. Pero imaginemos que a los PJs les va mejor que a Rick y a los suyos y han logrado fundar una comunidad relativamente segura y autosuficiente.
¿Que pasaría si después de todo este tiempo pasa un avión? Y no sólo eso… ¿y si les deja caer un paquete… o un paracaidista, dispuesto a ayudarles en nombre del Gobierno? ¿Aceptarán someterse a la misma autoridad que les dio la espalda en el momento más crítico, o preferirán declararse independientes y crear un Estado?
Por si la cosa no fuera suficientemente interesante para los PJs, hay que tener también en cuenta a los PNJs, que se decantarán por uno u otro lado del espectro. Habrá quienes quieran irse al territorio del Gobierno, pero habrá también separatistas encantados con esta nueva forma de vida donde toman sus propias decisiones. Vamos, un verdadero polvorín que no sólo pone en peligro la unidad de la comunidad sino también su propia seguridad física, si olvidan por un momento que los Muertos siguen ahí fuera…
Y… ¿qué pasa si poco después reciben una emisión de otro grupo que también dice ser el Gobierno? Esto no pasa aquí, pero sí en Jericho…
Pero en fin, que me desvío. En el libro hay algunas historias que me gustaron bastante. La del submarino atómico chino, por ejemplo, que más que un relato de zombis es un cruce entre la Caza del Octubre Rojo y Waterworld. La del Gran Hermano de famosos tiene su punto gamberro, y la de la piloto que es derribada en zona Z, aunque es una historia más típica, tiene un componente de misterio que la hace destacar.
Pero también hay un montón de historias que no me terminan de encajar. Casi todas las que tienen que ver con Rusia están contadas como si los rusos no hubieran evolucionado desde la II Guerra Mundial: su ejército sigue pensando en los números antes que en estrategias eficaces, y sus civiles siempre están esperando cualquier excusa para volver a ser sometidos a un régimen totalitario. Y las historias de Japón rompen directamente con el ambiente «realista» que trata de establecer el resto del libro, comenzando con su dudosa definición de lo que es un otaku y terminando con su peculiar homenaje a Zatoichi.
Además pasa de puntillas sobre un tema muy interesante para nosotros pero que está claro que no tanto para los americanos: el papel de los castillos. Su uso como refugio ya lo habían propuesto en esta serie de artículos de Zombi.blogia , así que esperaba algo más de detalle… pero hay muy poco. El entrevistado en esta parte es un superviviente que se refugió en el palacio de Buckingham, y menciona de pasada a España (es la única vez que aparecemos en el libro) como uno de los países donde la reutilización de los castillos fue un éxito. Da algunas pinceladas sobre los peligros que afrontaron quienes se encerraron en ellos, pero poco más, centrando su atención en lo que pasó en los castillos ingleses. Sí, amigos, en este libro Europa es el Reino Unido.
Pese a estos detalles, la verdad es que el libro es muy ameno. No sé si van a poder meter todo esto en una sola película, pero estando Straczinsky detrás seguro que merece la pena.
Zombi: Guía de Supervivencia
Y una vez acabado el anterior me metí de lleno con éste. Está escrito como si fuera un manual de supervivencia, que aunque se hicieron muy populares en los 70 y 80 por la Guerra Fría por lo visto aún siguen publicándose. De hecho existe toda una afición al «supervivencialismo» que ha aumentado con lo del Katrina en Nueva Orleans, con gente implicada en la construcción de refugios, el almacenamiento de comida enlatada y el aprendizaje de habilidades como agricultura, ganadería, construcción, etc. Algunas veces se mezcla con lo paramilitar, pero no siempre tienen algo que ver.
Como decía mi abuela, «Hay que ver las tontás que hacen algunos por un cachillo de pan»
Así que en esta Guía nos encontramos con multitud de consejos para hacer frente a una supuesta amenaza Zombi, pero desde un punto de vista muy yanki, como el propio autor reconoce en el libro. Tenemos los típicos de qué casa elegir como refugio, qué tipo de vehículo usar (aunque son muy esquemáticos en comparación con los artículos de «Conducción en tiempo de zombies» de los chicos de NSR ), cómo combatir a los zombis en todas las zonas (incluidas los lagos y los ríos), etc etc.
Pero claro, para hacer frente al enemigo hay que entederlo, así que el autor nos ofrece una explicación del origen de la infección (el virus «Solanum»), así como una relación de los episodios zombis «documentados» a lo largo de la Historia: desde los egipcios hasta la actualidad. Todos son ejemplos perfectos para incluir en una campaña romana, medieval o victoriana.
Lo curioso es que todo esto supone la creación de una especie de «universo» zombi particular que no se reutiliza en Guerra Mundial Z, salvando alguna que otra referencia a «un manual de supervivencia civil» que es claramente éste. Y no es difícil entender por qué. Si los gobiernos del mundo hubieran estado al tanto del Solanum y de cómo parar a los infectados con el clásico tiro en la cabeza, no habría habido Guerra Mundial Z. Pero sí puede dar lugar a situaciones puntuales de esas que nunca serán publicadas en los medios de comunicación gracias a la intervención de las conspiraciones gubernamentales.
En definitiva, ambos libros son muy recomendables. Con ellos tenemos a nuestra disposición dos «universos» zombie alternativos que podemos usar como base para nuestras campañas de AFMBE, y con suficientes ideas por sí solas como para estar entretenidos una buena temporada. Y ya no os cuento si les sumamos las que ya tenemos de otras fuentes.
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