Renovando la armería

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Una de las cosas que siempre ha habido en casa, desde que nació mi Princesa, son espadas de juguete. ¿El motivo? Pues llevo un rato tratando de pensar algún argumento que suene maduro y al mismo tiempo razonable desde el punto de vista educativo… pero nada, no consigo dar con ninguno ?. Simplemente hay algo inmensamente satisfactorio en el hecho de agarrar una espada, lanzarle otra a tu Reina y comenzar un festival de estocadas, fintas y tajos que comience en el salón y continúe por el resto de la casa. ¿He comentado alguna vez la inmensa suerte de tener la Reina que tengo? ?

Y los peques siempre se han sumado con entusiasmo a esta costumbre casera. Lo que ven en casa, ya se sabe. Con tan sólo un año mi Princesa ya practicaba la lucha con dos espadas:

Pero claro, nueve años después, las espadas están en este estado:

Mordeduras, arañazos, dobleces, mellas, la guarda rosa desprendida y apañada de cualquier manera… sí, han visto mucha acción. Pero aquí siguen, y eso es más de lo que pueden decir otras dos espadas de este estilo que compramos un par de años después. Debe ser que en ese intervalo de tiempo se perdió el secreto del foam, porque resultaron ser mucho más endebles y se partieron a la primera de cambio, aun habiendo costado más o menos lo mismo.

Así que este año le pedí a los Reyes una renovación, pensando en que somos uno más en la familia… y este es el resultado:

Alucinantes, ¿eh? Por lo que me escribió Melchor en la carta, son de la web katana-land.de, en Alemania. Parece ser que Su Majestad se puso nervioso con algunos problemas de falta de comunicación (por lo visto envió dos mails preguntando por el pedido y no recibió ninguna respuesta), aunque finalmente el pedido les llegó antes de terminar de cargar los camellos. Eso sí, también cuenta el Rey Mago que inicialmente hicieron el pedido en El Secreto del Acero, cuyos responsables al parecer fueron tan majos que le dijeron que no podrían completar el pedido por las fechas en las que estaban, y le devolvieron el dinero rápidamente. Todo un detallazo.

Pero volviendo a las espadas, son bastante aparentes y resistentes, la verdad. Tienen pinta incluso de poderse llevar a un Rol en Vivo, aunque si hay alguien en la sala que tenga experiencia en ellos, me gustaría saber su opinión. Mi duda sobre todo son esas puntas, que aunque son flexibles no sé yo si pasarían el control de seguridad de un LARP…

También tengo que investigar mejor cada cuánto hace falta echarles spray de silicona para cuidarlas, ya que por más que busco por internet no termino de encontrar nada concluyente.

Desde que han llegado es raro el día que alguien no coge una, aunque sea sólo por tenerla entre las manos. Y como pesan lo suyo ya no sirven los trucos de esgrima de florete que teníamos con las anteriores. Ya lo dijo mi Reina cuando le cogió la espada a mi Princesa: «esto no son espadas de finolis, éstas hay que agarrarlas bien y utilizar la fuerza». Acto seguido se abalanzó sobre mi cual berserker, endiñándome unos espadazos que todavía resuenan en mis pesadillas. 😀

Como se aprecia, a mi Princesa le quedan como espadas de mano y media (bastardas). Aunque al principio se quejaba por el peso, ahora las maneja con soltura. Ha aprendido a fintar, a variar el patrón de sus ataques e incluso consigue parar alguna de mis estocadas… así que cada vez me hace sudar un poco más.

Para el Pequeño Bárbaro las espadas son auténticos mandobles, pero como te descuides te llevas un buen porrazo.

También ha aprendido a coordinarse con su hermana: mientras ella me mantiene ocupado parando sus ataques, él emplea la clásica táctica enana «a por las piernas de la Gente Grande». Doy fe de que es muy pero que muy eficaz.

Sin embargo, recientemente ha descubierto que tenemos por casa una espada más de su tamaño, procedente de un disfraz de hobbit:

Y le ha gustado tanto la manejabilidad que la llevaba por casa todo el tiempo. Incluso duerme con ella.

El problema es que es de plástico duro y claro, cuando nos atiza con ella duele. Y mucho. Así que he estado pensando en conseguirle una espada más a su medida para que participe en las tanganas caseras a gusto y con cierta seguridad, tanto para él como para nosotros.

Y aprovechando la ocasión, estaba pensando en hacerme con una espada corta de una marca de reconocido prestigio, con vistas a:

  • Ver qué diferencias tiene con las que tenemos ahora, y si merece la pena mejorar más el arsenal.
  • Que quede muy bien como complemento de futuros disfraces del Pequeño Bárbaro.
  • Que pueda servir en un rol en vivo.

De momento el candidato que más me ha gustado es esta espada corta de Calimacil:

En España he visto que la distribuye Amazon, pero el tema es que cuesta lo mismo que dos de nuestras espadas. Y tampoco sé si realmente me estoy subiendo a la parra y hay alguna alternativa cuyo precio sea más contenido y que sirva para lo que necesito… supongo que tendré que seguir investigando. A menos que alguno de vosotros me pueda asesorar, por supuesto 😉

Mientras tanto, trataremos de permanecer fuera del alcance del Pequeño Bárbaro. O eso, o desarrollar alguna armadura de cojines o algo ?

Editado 30/05/2017: En este hilo de Google Plus el maese +Joseba Iparraguirre me orienta y solventa mis dudas. ¡Muchísimas gracias, maestro!

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6 COMENTARIOS

      • (Conste que no tengo conocimiento práctico del tema)

        Tal como yo lo veo puedes coger la espada como un martillo, envolviendo la empuñadora con los dedos con firmeza, o como al estrechar la mano, con más ligereza (en otras ocasiones la describen como coger un cuchillo al cortar la comida).
        No es que una sea mejor que la otra, simplemente tienen usos distintos. La primera te permite agarrar con más fuerza, bueno para dar tajos, pero al tratar de llegar a su máximo alcance para dar una estocada, fuerzas la muñeca, lo que a la larga puede producirte una lesión. La segunda te permite utilizar el máximo alcance del arma de una forma más cómoda y te da más control sobre la punta, pero tienes una agarre más débil, lo que es peor para paradas.

        • Pues es verdad que dábamos las estocadas mal, y que se notaba cierta tensión en la muñeca cuando lo hacía. Eso sí, el truco de enroscar el índice alrededor de la guarda funciona para alinear bien el brazo:
          Agarre espada

          Y ¡gracias por la recomendación, maese! 🙂

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