Cuentos Extraordinarios: Cuaderno de bitácora del Crucero Estelar «Dormidito»

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Recientemente HT Publishers nos ha traído al castellano el Amazing Tales de Martin Lloyd, aquel juego del que hice una breve reseña en Aventuras Piratescas: La Isla del Café Maravilloso. Los de HT Publishers (y Vanessa Carmen Coto Bautista) lo han traducido como Cuentos Extraordinarios. Y aunque ya tenía el juego original en PDF, no dudé en hacerme con la traducción en físico, que viene con el PDF gratis (un gesto que siempre agradeceré a las editoriales que lo practican).

En la entrada de la Isla del Café ya comentaba que el libro me parecía un ejercicio de cómo llenar páginas y páginas con un juego cuyo sistema en realidad sólo ocupa media cuartilla. Un comentario en el que me reafirmo. Sin embargo, también es verdad que da consejos la mar de útiles para crear emoción con un sistema tan espartano, en el que casi siempre va a haber éxitos en los dados (sólo se falla sacando 1 o 2 en dados que van del d6 al d12). Y hay que reconocer que los pasos para crear ambientaciones y las semillas de aventuras son sorprendentemente eficaces: te permiten crear en tiempo récord situaciones con un pequeño giro de guión que resultan la mar de interesantes para un peque.

Y todo esto lo digo por experiencia. En la misma tarde que llegó el libro, el PequePirata y yo ya estábamos sentando las bases de la ambientación y poniéndonos a jugar la primera aventura.

Un poco de contexto

Como cualquiera, el PequePirata también tiene sus épocas de flipamiento con cosas concretas. Una semana le da por todo lo que tiene que ver con Super Mario, otra temporada está a tope con los Pokémon, etc etc. En esta época estaba obsesionado con todo lo que tiene que ver con Kirby, especialmente con uno de los tipos de enemigos que salen en uno de sus últimos videojuegos: los Guaufys.

awoofys
Monísimos y achuchables, e inexplicablemente ¡aún no se venden peluches de ellos!

Su flipamiento había llegado al extremo de tirarse horas y horas dibujando extensas escenas con estas mascotillas. Incluso le había contagiado el entusiasmo a varios de sus compañeros, hasta el punto de que incluso se ponían a «hablar en Guaufy» en el recreo.

Con estos antecedentes ¿adivináis quiénes iban a ser los protagonistas en estas aventuras? 😛 En fin, regla número 1 del que juega con sus hijos: «Sí, y además…»

Creando el protagonista y la ambientación

De las cuatro ambientaciones del libro, la que más le llamó la atención al Pequepirata fue la de «Aventuras en las estrellas». Y nada más comenzar cometí un gran error: en lugar de empezar con la Creación de la Ambientación, que es lo que recomiendan en el propio manual, inmediatamente nos pusimos a Completar la Hoja de Personaje del Capitán HHIU (el idioma Guaufy sigue siendo un misterio para mí). Y claro, así nos salió un Capitán cuyas características no tenían nada que ver con mandar una Nave Espacial. O vamos, a mí no me parece que Correr y Saltar D12, Ser Cuqui D10, Sabe Trepar D6 y Ser Valiente D8 sean muy útiles para gobernar un Crucero. Quién sabe, igual soy yo.

Así que para la próxima me lo apunto: es mejor seguir el orden que propone el autor. Y es que fue al responder las preguntas de la Creación de la Ambientación cuando descubrimos que íbamos a narrar una especie de Battlestar Galactica de Guaufys… y claro, seguro que las habilidades del Capitán hubieran sido otras si lo hubiéramos creado ahora. Después de las preguntas, me refiero.

Esas preguntas tan binarias y concretas, tipo ¿los extraterrestres son buenos o malos?, va generando de manera muy fluida las bases de la ambientación y el contexto de las aventuras, e invitan a profundizar más. Por ejemplo, una simple pregunta como «¿Cómo se llama tu nave espacial?» desató la imaginación del PequePirata: iba a ser una especie de Destructor Estelar de Star Wars, pero de un tamaño más parecido al de una Estrella de la Muerte. A ver si no dónde iba a caber unos cuatro millones de tripulantes, con toda la dotación de cazas, bombarderos, lanzaderas, tanques y andadores, etc.

Esto, en un juego de rol normal, hubiera supuesto un papeleo que ríete de la Declaración de la Renta: ficha de nave, estadísticas medias por tipo de tripulante, reglas de batallas espaciales con naves capitales, etc etc. Pero con Cuentos Extraordinarios… ¡hala! ¿y por qué no?

Con esto y dos pinceladas más, sólo tuve que elegir una de las 10 semillas de aventuras que vienen en el manual y a correr.

Capítulo 1: Problemas en un Nuevo Universo

La partida comenzó con el Crucero Estelar clase Guaufy Dormidito apareciendo de repente en un universo desconocido (para los guaufys). Al parecer había conseguido escapar de la dimensión donde Elfilin les había enviado.

Por cierto, me ha entrado la duda sobre si esto ocurre o no en Kirby y la Tierra Olvidada, por si los spoilers y tal… pero no tengo ni idea. El viejo yo se habría tirado varias horas buscándolo, comprobando varias fuentes, etc… pero esta vez no lo voy a hacer. Que uno ya es friki de muchas otras cosas, y va siendo hora de dejar que los hijos tengan sus propios frikismos.

A lo que íbamos. El Capitán del Dormidito ordenó un escaneo del espacio próximo. Por lo visto habían aparecido al lado de un planeta… y en su órbita se estaba desarrollando toda una batalla espacial. Había dos tipos de naves: unas grandes con forma de caja y otras más pequeñas con forma de triángulo. Y al parecer las cosas no iban muy bien para las naves con forma de caja.

Aquí hubiera venido estupendamente una imagen de una batalla espacial entre grandes naves azules con forma de caja y pequeñas naves verdes triangulares, en la órbita de un planeta amarillo, mientras de fondo les observa un gigantesco Crucero Estelar con forma de Guaufy. Justo lo que le pedí a Dall-E 2, Unstable Diffusion, Lexica.art, InstantArt, Stable Diffusion Protogen y Dezgo.

Y… básicamente, ninguna se ha ajustado a esta petición. Pero ya que me he tirado un tiempecito exasperándome con cada iteración, pues he decidido compilar los resultados de las que están online en el siguiente gif:

Sirva como testimonio a lo que hace la IA ahora mismo, con mis limitadas habilidades, en julio de 2023. Aunque también tengo que reconocer que esta especie de Robotech zorruno de color verde tiene un acabado impresionante:

Pero ¿quién lo ha pedido? ¿Por qué no aparecen las docenas de naves-caja azules que solicité? ¿Acaso es siquiera una batalla espacial? Aaghhrll las IAs.

Estooo… que me lío. Volvemos a la acción.

El Capitán HHIU decidió intervenir en favor de las naves azules con forma de caja que las IAs no pintan y que, si lo recordáis, estaban perdiendo. Puso en alerta el Crucero entero y envió nada menos que 30 cazas clase guaufy para equilibrar las cosas. Y lo consiguieron… durante un rato, al menos. Las naves verdes triangulares se las estaban apañando también para destruir los cazas guaufys.

En cuanto el tercer piloto de caza guaufy se estampó contra la ventana del puente de mando (los guaufys pueden aguantar bastante tiempo en el espacio en sus trajes de vuelo) el capitán decidió que ya era suficiente. Ordenó replegarse a los cazas restantes y atacar a las naves triangulares con los misiles autoguiados del crucero.

Cientos de penachos de humo se extendieron desde las numerosas baterías de misiles del Dormidito. Cada diez misiles estaba apuntado y siguiendo a una única nave triangular. Sin embargo, en cuanto la primera nave verde explotó, las demás empezaron a realizar acciones evasivas tomando a las naves-caja como escudo. ¡Qué astutos! Enfurecido, HHIU no tuvo más remedio que pulsar el botón de autodestrucción de todos los misiles, antes de que explotaran una nave-caja por accidente. Al capitán se le estaban acabando las opciones.

Por fin se decidió a abrir las comunicaciones y tratar de hablar con las naves-caja. Los científicos Guaufy trabajaron a toda pastilla y consiguieron ensamblar un traductor en tiempo récord, y así se enteraron de que las naves-caja se presentaban como unos mercaderes que pedían protección. El Capitán HHIU accedió, dándoles instrucciones para que se acercaran al Dormidito y se colocaran dentro de su campo de escudos. Si no podían acabar con las naves-triángulo, al menos sí podrían defender a sus presas.

Pero los científicos Guaufy lo habían hecho un traductor tan, tan bueno que también funcionaba con el idioma de las naves-triángulo. Así que fue toda una sorpresa cuando los Crokis (que así se autodenominaban estos alienígenas) estaban atacando a las naves-caja porque éstas les habían robado una cosa muy valiosa. ¿Acaso los Guaufys eran aliados de ladrones y mentirosos?

Claro, ante esta nueva información el Capitán HHIU se quedó de piedra. Era totalmente cierto que había empezado la batalla sin preguntar ni nada, asumiendo que los que iban perdiendo eran los buenos. Pero ¿y si no era así? ¿Y cómo saber quién le estaba mintiendo?

Se le ocurrió una idea. Ordenó a las naves-caja que aterrizaran en los hangares del Dormidito para protegerlas mejor y, de paso, inspeccionar su cargamento… y esto consiguió despejar cualquier duda, porque todas las naves-caja huyeron a la máxima velocidad.

El Crucero Estelar y sus nuevos aliados Crokis salieron en su persecución y consiguieron destruir varias de ellas, pero al final cuatro consiguieron escapar. Entonces las naves triangulares solicitaron aterrizar en el Crucero Estelar para conversar cara a cara.

Resultaba que los Crokis no estaban muy contentos, claro. Es verdad que eran pocos comparados con los cuatro millones de guaufys que tripulaban el Dormidito, pero aun así eran bastante impresionantes para lo que estaba acostumbrado a ver el Capitán.

¿Se ajusta esto a «Multiple frightening mantis-looking aliens with futuristic guns, boarding an enemy starship»? Pues tampoco. Pero molar, hay que reconocer que mola.

Los Crokis exigieron que se reparasen todas las naves que habían destruido durante la batalla, o si no le dirían a toda la Galaxia que los Guaufys no eran de fiar. Claro, el Capitán no tuvo otra que acceder, sabiendo que estaban en un nuevo universo sin sitio ni aliados. Sin embargo, tras un breve vistazo los alienígenas llegaron a la conclusión de que la tecnología del Dormidito no era tan avanzada como la suya, por lo que solicitaron ocuparse ellos mismos de las reparaciones. El Capitán no tuvo ningún problema en permitirles el acceso a la fábrica de cazas que el inmenso Crucero lleva incorporada (por supuesto :-P). Sabía que así podría incorporar esa nueva tecnología en sus Cazas Guaufys…

Fue un comienzo genial, al menos desde el punto de vista de ganar el rol (o sea, divertirse). La sesión estuvo llena de tensión, con el PequePirata dando saltitos de emoción en cada tirada.

Y hay que ver lo bien que funcionó el giro de esta Semilla de Historia: para los que tengáis el juego, es ni más ni menos que la Semilla 3 de la página 131, casi al pie de la letra. Lo guay es que todas las Semillas tienen su Giro inesperado, y todo en apenas dos párrafos… suficiente para dotarle de muchísimo interés a cualquier misión ramplona. Buenísimo.

Capítulo 2: Planeta Misterioso

La siguiente sesión fue un par de días más tarde, por insistencia del Pequepirata, que se había quedado con ganas de más.

Sin embargo, había una dificultad añadida: resulta que él se había comenzado a leer el juego, había dado con la página 131 y me había dicho «Anda, papá, ¡si esta es la historia del otro día!»

Cachislamar. No podía utilizar ninguna otra de las nueve Semillas… habría que improvisar.

El Capitán HHIU seguía con el comecome de que los Guaufys aún no tenían un lugar al que llamar hogar. Bueno, más bien un planeta en el que asentarse y construir más Cruceros Estelares como el Dormidito, para expandirse por la Galaxia. Así que, mientras los Crokis seguían trabajando en reparar sus propias naves, decidió que valía la pena echarle un ojo a aquel planeta amarillo que estaban orbitando.

Ya habían notado durante la batalla que el planeta no podía escanearse desde el espacio. Una extraña señal envolvía la atmósfera, interfiriendo y causando problemas en los sensores. Tras meditarlo brevemente, el Capitán ordenó que descendieran cinco patrullas de cazas para cubrir toda la superficie del planeta y explorarlo. Las patrullas se desplegaron, pero la interferencia les obligaba a salirse de la atmósfera de vez en cuando para poder reportar al Dormidito.

Los primeros informes parecían confirmar que no había ni agua ni océanos en la superficie amarilla, pero sí vegetación. Un par de patrullas afirmaban haberse tropezado con unos extraños árboles, tan inmensos y tan altos que casi se salían de la atmósfera.

Al Capitán se le ocurrió que tal vez aquellos árboles tenían que ver con la interferencia, y ordenó a una patrulla disparar a uno de esos árboles, a ver qué pasaba. El gigantesco árbol explotó al primer disparo… y los sensores del Dormidito detectaron dos cosas: que la interferencia desaparecía en la zona del árbol destruido, y que comenzaba un terremoto que se notaba en todo el planeta.

Aquel terremoto no le cuadraba nada al Capitán. ¿Sería cosa de algún ejército enemigo que se ocultara en las profundidades del planeta? Bueno, tenía bajo su mando un Crucero con cuatro millones de tripulantes y lleno a rebosar de armamento, así que ordenó a sus oficiales un desembarco de tropas: envió a la superficie tanques Guaufy, y a la cuarta parte de su infantería en inmensos grandes MTTs.

Ya verás cuando las IAs consigan mantener la coherencia de una imagen a otra…

Mientras tanto, las patrullas de cazas estaban ejecutando la orden de destruir todos los árboles gigantescos que se encontraran. Los sensores del Dormidito iban consiguiendo escanear más y más zonas del planeta, e incluso empezaron a obtener lecturas de debajo de la corteza. Y lo que descubrieron los científicos guaufys fue… horripilante.

El interior del planeta estaba siendo devorado por un agujero negro. Los más atrevidos teorizaban que en realidad todo el planeta era una especie de mina espacial, y que aquellos árboles no eran otra cosa que los mecanismos de detonación… pero, fuera como fuese, ¡había que salir de allí!

Los transportes volvieron a cargar a toda velocidad todos los efectivos que acababan de desembarcar hacía unos minutos. Tanques, infantería, MTTs… todos trataban de volver a sus naves lo más rápido que podían. El suelo se estaba resquebrajando bajo sus patas y sus ruedas, y grandes áreas comenzaban a hundirse rápidamente, como si gigantescas pajitas las estuvieran sorbiendo desde abajo.

Pero el peligro no terminó cuando las naves despegaron: el agujero negro seguía expandiéndose. Desde el puente de mando el Capitán HHIU contemplaba cómo el planeta implotaba del todo, dejando por fin ver la silueta del agujero que no paraba de crecer. Uno a uno los transportes iban aterrizando en las bodegas del Crucero Estelar, y entonces fue el turno de la gigantesca nave de notar el tirón del campo de atracción.

Los motores del Dormidito rugieron a toda potencia tratando de escapar. Las lunas del planeta (que eran siete, de los colores del arco iris) fueron desapareciendo en el voraz negro que también trataba de tragarse a los guaufys. Pero tarde o temprano iban a acabar absorbidos, porque ¿hacia dónde iban a saltar al hiperespacio, si no sabían ni en qué galaxia estaban?

Desesperadamente, el Capitán llamó a los Crokis, que hasta entonces habían estado demasiado absortos reparando sus naves como para enterarse de qué estaba pasando. No sin cierta desconfianza, los Crokis les facilitaron unas coordenadas de hipersalto. Y justo en el momento en que empezaban a desprenderse los propulsores traseros del Crucero… ¡BAM! éste desapareció a la velocidad de la luz.

¿A dónde? Pues…

Y este ha sido hasta el momento el último capítulo.

No fue tan vibrante como el anterior, quizás por la fase de investigación del planeta. Bueno, y porque no es lo mismo una batalla espacial que escapar dos veces de algo que no puedes vencer, como una catástrofe. Pero al menos ahora ya tenemos una motivación más a largo plazo para los guaufys (encontrar un planeta para crear más destructores), unos aliados un poco reluctantes (los Crokis aún no se fían del todo) y toda una galaxia entera para explorar.

Y ya tengo más o menos preparadas las siguientes aventuras… si el PequePirata quiere. 😉 Y si no, pues oye, ha quedado una entrada bastante maja en el blog.

6 COMENTARIOS

  1. Me encanta leer este tipo de entradas. Los críos tienen una imaginación desbordante que todavía no se preocupa por cosas como la coherencia, sino solo por la molonidad. Ah, coincido en que cuando les da por algo, les da fuerte xD.
    A ver si le va bien al Dormidito en sus siguientes aventuras. ¡Por el momento yo creo que les está yendo bien!

  2. En Telegram hay un grupo, que no soy capaz de enlazar, donde pasamos más tiempo hablando de ilustraciones con IA que del teórico tema.
    Si buscas Battletech-Libre debieras poder encontrarnos.

    • Mi telegram-fu no debe ser tan fuerte como mi google-fu. Cuando busco «Battletech» en la búsqueda global de Telegram sólo me aparecen dos grupos: uno con 4.427 miembros y otro con 82 suscriptores. Y en ninguno aparece lo de «Libre» por el nombre…

      En cualquier caso ¿habéis llegado a alguna conclusión con las ilustraciones con IA, o estáis tan perdidos como yo? 😛

  3. erek, un saludo compa, hace años que no te veo

    lo de la IA es pa echarle de comer aparte, llevo meses pintando roboticos a cada cual mas extraño 😛

  4. ¡Eeeese Britait!

    Pues igual es que somos unos zarpas con esto de las IAs, maese. Habrá que esperar a las siguientes versiones, a ver si nos hacen más caso…

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