Veinte años después (2)

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Cuando recibí la caja del D&D Expert abrí el libro azul impaciente por volver a sumergirme en el mundo que me había cautivado en mi niñez. Sin embargo me extrañó la maquetación, la distribución de las páginas y los dibujos, no los recordaba así. De hecho me sorprendió encontrarme con una descripción tan exhaustiva del mundo de Mystara, incluyendo una ciudad «base» para los jugadores y muchísimas semillas de aventuras, ¡¡algunas de las cuales citaban al infame Bargle!!

No lo pensé mucho hasta que ayer mismo encontré mi viejo manojo de fotocopias, las mismas que mencioné en el post de «Veinte años después». En ellas no aparecía la imagen de la portada, pero sí la primera hoja, donde figuran los autores y las ediciones, y me encontré con este nombre: Erol Otus.

Así que resulta que todo este tiempo he tenido fotocopias de un Moldvay/Cook/Marsh en lugar de un Mentzer…

Yo con esto 20 años y sin saberlo

Y aunque a nivel de mecanismo puede que no haya demasiados cambios de un set a otro, a mí me parece que la parte del Master sí que es mejor en el Mentzer, aunque sea sólo por toda la información extra. Por otra parte me desconcierta que hayan ordenado alfabéticamente los temas, con lo que te puedes encontrar el apartado de Escalar (Climbing) al lado del de Combate (Combat). Bastante raro…

Por cierto, que el añadido que trae, Isle of Dread, me parece genial. No es un módulo propiamente sino una región para explorar y donde pueden surgir aventuras, como La Isla de los Grifos para Runequest. Es un cruce entre la isla de King-Kong y la del Mundo Perdido, añadiendo cosas raras propias de Dungeons & Dragons como razas inteligentes de arañas y lemures-mapaches. Sin embargo me molesta que en las tablas de encuentros aleatorios puedes encontrarte dragones rojos «genéricos» que no se mencionan específicamente en ninguno de los encuentros fijos de la isla. ¿Por qué devaluar el monstruo por excelencia poniéndolo como un mero animalucho errante?

Aunque claro, de las tablas de encuentros ya se ha escrito mucho, tanto bueno como malo. Creo que Jeff Rients me ha contagiado su gusto por lo bizarro, porque ahora me surgen tantas preguntas cuando he leído que puedes encontrarte de 1 a 6 estatuas vivientes de cristal…


«Y de pronto se oyen crujir los arbustos y salen unas estatuas de cristal.»
«¿Ein? ¿Para qué habrá animado alguien el catálogo de Swarovski?»

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