El Laberinto Mágico

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Este sábado pasado me decidí y me llevé por fin este juego en el Generación X de Puebla. Ya había leído sobre él, había visto no hace mucho a Carlos de la Cruz comprarlo para un regalo, estábamos en plenas vacaciones de Semana Santa… y encima tenía suficiente acumulado en la cuenta de cliente de Gen X como para llevármelo de regalo. Vamos, que no tenía razones para pensármelo mucho más 😛

Por supuesto, no tardamos mucho en probarlo en casa.

Componentes

Lo primero, los datos que vamos buscando todos cuando miramos estas cajas. El Laberinto Mágico es un juego para 2-4 jugadores de edades de 6 años en adelante, y las partidas duran entre 20-30 minutos. 

Dicho lo cual, yo lo he jugado con mi Princesa y mi Reina, de y treintaytantos años respectivamente, y nos lo pasamos estupendamente los tres. Y es que éste no es el típico juego infantil al que juegas obligado porque le hace ilusión a tu hijo, no. Éste mola tanto que incluso querrás echar una partida por tu cuenta.

Lo primero que llama la atención es la portada de la caja, esta escena nocturna con dos niñas-mago y dos niños-mago (muy políticamente correcto) en plena exploración de un laberinto con muros transparentes:

Lo cierto es que la ilustración ayuda muy bien a meterse en el ambiente del juego, ya que el tablero es tan parecido que sólo le faltaría ser en 3D para ser exactamente igual. Después de contemplarlo es muy fácil imaginarse que eres uno de esos pequeños magos mientras deambulas por ese laberinto misterioso.

Al abrir la caja me encontré con la que es posiblemente la caja mejor aprovechada que he visto hasta ahora. Lo normal es que haya que sacar todos los componentes, armarlos sobre la mesa y apartar la caja a un lado, dejándola para ordenar las cartas u otros componentes que hagan falta. Pues en El Laberinto Mágico la caja no sólo sirve para almacenar los componentes, sino que es necesaria para montar los dos tableros de forma compacta y está diseñada para que el juego transcurra de forma fluida. Me explico.

El juego consiste en un tablero exterior, que es por donde se mueven las piezas, y una rejilla interior, que es donde se sitúan los muros de madera del laberinto. Como se ve en la foto de más abajo, las piezas llevarán pegadas magnéticamente unas bolitas de metal que se caen si chocan con algún muro. Lo que no se aprecia en la foto es que el fondo de la caja es abombado, lo que consigue que las bolitas rueden hacia las esquinas para recuperarlas fácilmente, sin necesidad de abrir la caja e interrumpir el juego para nada. Me parece muy currado y muy bien pensado.

Otra ventaja es que se puede guardar todo sin tener que desmontar los muros en la rejilla inferior. Es decir, ¡no tienes que volver a montarlo cada vez que quieras jugar! Rivaliza con el parchís y con la oca en tiempo de preparación.

Mecánica

El juego es de lo más sencillo. Después de montar el laberinto inferior como te apetezca (si quieres), se gira el tablero superior para colocarlo de una forma diferente a la que estaba y se le dan unas cuantas vueltas al conjunto. Recomiendo recitar mientras tanto un vistoso conjurillo que aparece en las reglas (PDF) para ambientar la partida aún más.

Cada jugador escoge una pieza de madera, la sitúa en una de las casillas esquineras y coloca la bolita de metal bajo el tablero. Después se saca uno de los símbolos mágicos de la bolsa de tela y se coloca en la casilla que tenga el mismo símbolo. La tarea de todos los magos será intentar alcanzar la ficha antes que los demás para quedársela. El primero que tenga cinco símbolos, ganará la partida.

Para moverse se emplea un dado de 6 caras cuyo número más alto es un 4, y las piezas pueden avanzar en todas direcciones excepto en diagonal. Pero si la bolita se cae por haber chocado contra algún muro invisible, hay que volver a la casilla de partida y esperar al próximo turno. Así que en realidad los muros invisibles son también muros teleportadores.

Esto hace que cada movimiento sea emocionante porque te la estás jugando, tratando de descubrir dónde están los muros que no conoces y de recordar dónde estaban los que te hicieron caer… y los que hicieron caer a los demás, claro. Y la cosa se vuelve aún más tensa cuando ya estás muy adentro del laberinto, cerca del símbolo, y con los demás jugadores a corta distancia…

La tarea de memorizar dónde están los muros se simplifica un poco gracias a los símbolos del tablero (a ver, fulano se cayó en luna-rayo, mengano en flor-vela… ) pero incluso así al principio es complicado retener tantas combinaciones. Supongo que con la práctica se irá haciendo más fácil, lo que significa que al final va a servir para eso de ejercitar la memoria. 😛

Mis impresiones

Ahora mismo estoy encantado con el juego. Me gusta su mecánica y la alta rejugabilidad que tiene, ya que además de cambiar el tablero superior o darle vueltas a la caja puedes diseñar nuevos laberintos.

A mi Princesa también le está gustando un montón, y es que lleva un tanteo de victorias similar al que llevo yo, por ejemplo. Claro que también tengo que decir que mi nivel de Suerte es bajísimo y que mi memoria RAM equivale a la de un reloj Casio… supongo que padres con mejor suerte y más memoria lo tendrán más sencillo 😛 Pero aun así el juego es suficientemente desafiante como para que no haya diferencias abultadas.

También me gusta la ambientación y cómo se transmite al juego. Eso de los muros invisibles teleportadores, los jóvenes magos en busca de los símbolos, las palabras mágicas al girar el tablero… Incluso recuerda a la tercera prueba del Torneo de los Tres Magos de Harry Potter.

Pero es más, pienso que encajaría perfectamente como puzzle o sala en un megadungeon del estilo de Bajomontaña, Castillo Greyhawk (Zagyg) o Dwimmermount.  Así que mira, también tiene su utilidad como complemento rolero con el que sorprender a tus jugadores 😛

En fin, que si podéis haceros con él por un buen precio, os lo recomiendo totalmente. Eso sí, existe una versión para IOs, pero como de momento no es multijugador no la pillaría. La salsa de este juego es jugarlo con alguien.

Otros enlaces:

Ficha en la BoardGameGeek

Reseña en Rekojejoker

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