Aventuras piratescas: La Isla del Café Maravilloso

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Ah, las vacaciones de Navidad… las de los niños, me refiero. Tiempo de juguetes, de iluminación navideña, de sofá y mantita, de horrorizarse al ver la contaminación sobre Madrid desde la M40… y también de explorar formas de ocio en familia, como salir a pasear en la contaminación de Madrid, probar por fin el Dixit, hacer un maratón de 5 horas al Minecraft todos juntos o jugar la primera partida de rol (o sucedáneo) con los dos peques a la vez.

Y es que el menor, a sus 4 años y medio, ya sabe lo imprescindible para poder jugar con dados, que es saberse los números y decir cuál es el más alto… como su hermana cuando tenía su edad. Así que ya iba siendo hora de que pasara este rito iniciático de la familia 😛

A diferencia de aquel 2012, hoy día ya existen bastantes reglamentos para jugar con peques. Están Aventuras y Misterios, Magissa, Pequeños detectives de Monstruos, Ryuutama, Hora de Aventuras o My Little Pony: Aventuras en Equestria. Un montón de opciones. Pero claro, yo, en mi línea: tenía que irme a las cosas raras.

No hacía mucho que me había leído el Amazing Tales tras las rebajas del Black Friday, y, aunque en un primer vistazo me pareció un ejercicio de cómo sacar 96 páginas de un sistema que ocupa media cuartilla, resultó que los consejos y notas para las cuatro ambientaciones genéricas que describe me dejaron poso. Una especie de comecome que fue lo que finalmente me animó a liarme la manta a la cabeza.

Por cierto, creo que aún no lo he mencionado por aquí, pero el «Pequeño Bárbaro» se ha ido mimetizando con su caricatura de la cabecera del blog, y ha pasado a ser el «Pequeño Pirata». Bueno, así le llamaré por aquí desde ahora. Pero si le preguntáis a él os dirá que le llaméis «Capitán Pirata Esqueleto», «Esqueleto Pirata», «Esqueleto con Lanza» o alguna combinación de todo lo anterior, según le pille el día.

Preparando la travesía

Así que tenía bastante claro que la ambientación a abordar tenía que ser la de Aventuras en los Mares Piratas. Y cuando la ocasión se presentó, en una de esas mañanas de vacaciones especialmente perezosas, me hice con una libreta, un par de lápices, los dos juegos de dados tamaño XXXL que tengo y me lancé al suelo móvil en mano, con el PDF abierto. Y los dos peques, claro, encantadísimos con la novedad.

Para crear los personajes hay que elegir en qué cuatro cosas destaca tu pirata de una lista de unas 12 que trae cada ambientación. Luego hay que asignarle dados a cada «habilidad» al estilo de Savage Worlds: d12 para la mejor, d10, d8 y d6. ¿La mecánica? Simple: sacar 3 o más.

Vamos, unas hojas de personaje tan breves eran una oportunidad de oro para practicar las habilidades de lectoescritura. Así quedó la del Pequeño Pirata:

La lectoescritura bien, pero para que en el futuro podamos entender los pictogramas he «traducido» el resto de la hoja en este coqueto GIF.

Fusa también hizo un personaje, pero como acabó en un pispás se vino arriba y ya de paso incluyó en la ficha a tres piratas más con sus características y todo:

Visual Thinking: la próxima gran tendencia en el rol. Al tiempo.

Así que al final teníamos un Capitán Esqueleto y cuatro Piratas de Fusa, también llamadas Las Piratas del Apocalipsis… lo que me pareció un pelín descompensado. Así que le dije al Pequeño Pirata que no se preocupase, que el Jolly Roger (no podía llamarse de otra manera) estaba tripulado por piratas invisibles.

Parecen pocos piratas, ¿verdad? Pues mirad mejor, mirad…

Después de crear los personajes el juego sigue con la creación de la ambientación, a base de hacer preguntas a los jugadores. El concepto no es nuevo pero la implementación tiene su punto, ya que tiene muchas preguntas binarias tipo «¿hay muchos barcos piratas o muchos monstruos marinos?». Nada impide que haya de las dos cosas, pero me parece una forma curiosa de evitar los bloqueos creativos.

Finalmente nos quedó un Mar Pirata cálido lleno de piratas donde las sirenas no eran muy tolerantes con los ladrones del mar, pero al menos estaban en tregua.

Largando amarras

Entre las diez semillas de aventura con giro de guión que vienen para la temática piratesca, me hizo gracia el concepto de la Isla del Café Extraordinario que se mueve. Y como también te recomienda que empieces la sesión con un «bang», pues les solté en mitad del océano soleado, con una extraña nube oscura a unas millas por la popa. La nube parecía estar tapando una embarcación que parecía estar viniendo a por ellos.

A ninguno de los peques les hizo ninguna gracia que les siguiera algo tan tétrico, así que decidieron poner más agua por medio. El Capitán Esqueleto sacó más de 3 en su tirada de Navegación, como era de esperar, así que aumentaron la distancia… pero de pronto avistaron a proa un atolón de coral. Una nueva tirada exitosa consiguió que el Jolly Roger virara de bordo en el último momento y evitó que embarrancara contra él.

Y cuando maniobraban para bordear el atolón, el agua del interior comenzó a burbujear y de las profundidades emergió lo que parecía toda una montaña. Una de las Piratas del Apocalipsis reconoció el perfil de la isla: ¡tenía que ser la misma de la leyenda del Mejor Café del Mundo! Ahora sabían por qué no la encontraba nadie. Claro, si casi siempre está bajo el agua…

Ante la perspectiva de hacerse con un tesoro tan legendario se olvidaron de la misteriosa nube que les perseguía, y en cuanto encontraron un hueco en el atolón, se metieron en él y desembarcaron en la playa.

Y ¿qué había en la isla? Ops. Ni idea. El juego me había dicho que no llevara nada preparado… Así que cuando pisaron la playa me puse a improvisar como un loco.

Además del bosque de algas, que se sustentaban en el aire igual que en el agua, los piratas divisaron tres puntos interesantes. De frente, en lo alto de la montaña, se divisaba un extraño edificio (inspirado por el gancho de Perdidos en Caribdis). A la derecha del grupo, asomando sobre las algas, había lo que parecía la punta de una estatua que brillaba (inspirado por la misteriosa estatua de Lost) y… a la izquierda estaba viniendo hacia ellos algo grande que hacía mucho ruido y agitaba las enormes algas (también inspirado por el Humo Negro de Lost).

Ese «algo» que venía sirvió para mantenerles en tensión y que se pusieran en marcha rápidamente. Optaron por ir hacia la estatua, y cuando se adentraron en el bosque de algas… lo estáis viendo venir, ¿verdad? Exactamente, era el momento dramáticamente adecuado para introducir un combate.

Pero ¿qué podía atacarles ahí? Pues coincidiréis conmigo en que lo más lógico, tratándose de un bosque de algas que se sostienen en el aire, era una bandada de pulpos.

Si Drew Falchetta ya los había dibujado antes, eso es que no soy el único que piensa que es lógico. Aunque no se me ocurrió el uso ofensivo de la tinta… Para la próxima vez ^.^

Con un sistema en el que sólo se falla con tiradas de 1 o 2, el narrador no tira dados y no existen los Puntos de Vida o similares, parece muy difícil conseguir que los combates sean entretenidos. Sin embargo, el propio texto te indica cómo hacerlo: convirtiendo la pelea en una serie de pequeños retos que superar.

Es decir, un 4 no tiene por qué ser un «ole, otro pulpo menos». Puede ser un «ole, has esquivado dos tentáculos, pero vienen más por la derecha, ¡tira otra vez!» o un «ole, consigues meterle un dedo en el ojo, pero te agarra un pie, ¡a ver qué haces ahora!». De hecho, si se te siguen ocurriendo retos que encajen con la acción, podrías estirar todo lo que quieras un combate, incluso cuando los jugadores estén sacando éxito tras éxito.

Sin embargo, de vez en cuando sigue apareciendo el temido 1 o 2 en el dado, y eso le da un punto más emocionante a las escenas. Me hubiera gustado sacarle una foto a la cara de Fusa cuando unos tentáculos atraparon el pie de una de sus piratas. Luego la pirata consiguió huir utilizando los tentáculos de varios pulpos como barras asimétricas, gracias a una tirada exitosa de Acrobacias. Pero la sorpresa y la preocupación se les quedaron ahí.

El Capitán Esqueleto, por su parte, disfrutó como un enano cuando pistoleó a un pulpo, espadeó a otro (me encantan estos verbos que utiliza el Pequeño Pirata frecuentemente) y asustó a un tercero enseñándole los dientes, lo cual produjo grandes risas. La bandada de pulpos no tuvo otra que envolverlos en una nube de tinta y salir volando-nadando por tentáculos de allí.

Cuando se disipó la tinta siguieron la marcha y finalmente llegaron al claro de la estatua, que resultó ser un gigantesco delfín rosa (el color lo decidieron ellos) sujetando un tridente. En la base rectangular había una puerta, y al entrar descubrieron que la estatua en realidad estaba hueca y hecha de un material translúcido, por lo que toda la estancia estaba bañada en una preciosa luz rosa que lo impregnaba todo, incluyendo los cinco cofres que había.

Uno estaba lleno de unas semillas duras como canicas… y de color rosa, claro. Al olerlo descubrieron que ¡era el Café Maravilloso, que según las leyendas era capaz de resucitar a los muertos! El segundo cofre rebosaba de escamitas de un material… también rosa, por supuesto, que al probarlo sabía como la sal. Y cuando fueron a abrir el tercero, un enorme golpe en la puerta hizo retumbar el interior de la estatua. Mientras los piratas perdían el tiempo sin ponerse de acuerdo sobre qué hacer, la puerta se vino abajo.

Se trataba de un caracol gigante cuya concha hacía tope en el marco, pero escurrió su baboso cuerpo por la abertura y se abalanzó a su (lenta) velocidad sobre todos los que había en la sala. No había dónde esconderse y la única salida estaba bloqueada por el molusco, así que… ¡no quedaba otra que combatirlo!

Sí, más o menos de este tamaño, pero sin mazas y con el número correcto de ojos

Ya, ya sé que a vosotros ya se os ha ocurrido la solución más rápida, más mejor y más chachi. Seguro que también os sabéis todas las respuestas de los concursos de la tele cuando estáis en la comodidad de vuestros sofás. Habría que ver si lo hacéis tan bien en el plató, con los focos, las cámaras y toda la pesca.

Así que los piratas visibles e invisibles se lanzaron a pistolear y espadear al gigantesco bicho, pero las tiradas, increíblemente, no salieron. Una pirata (Luciana) fue atrapada por un ojo-tentáculo que se enrolló alrededor de su cintura, pero lo peor fue el personaje de Fusa, que ¡fue engullido, babeado y rechupeteado! Sin embargo a alguien por fin se le ocurrió eso que ya sabéis vosotros (so listos) y corrieron a echarle al gasterópodo puñados de sal del cofre. Un par de tiradas con éxito lograron que regurgitara a Fusa, aunque la pobre Luciana fue lanzada como un proyectil y cayó muy lejos, en el mar, cuando el molusco se retorció huyendo de la sal.

Celebrando la victoria, la tripulación invisible cargó con los cofres y todos volvieron al barco. Pero la pirata había salido disparada más allá del atolón… y por allí seguía rondando la enigmática nube de tormenta, que ahora parecía dirigirse hacia ella. Largaron las amarras del Jolly Roger y todo el trapo que tenían, y gracias a las tiradas de Navegar del Capitán Esqueleto lograron rescatar a Luciana antes de que la nube oscura se les echara encima.

Pero lo que fuera que hubiera bajo ella estaba demasiado cerca para el gusto de los piratas. El Capitán Esqueleto viró rápidamente el navío para largarles una andanada, pero la tirada no le salió. Hummm… ¿y cómo podían fallar esto? Pues… resultó que el barco se había inclinado violentamente, con lo que la borda entera apuntaba muy alto cuando se dispararon los cañones. Las balas agujerearon la nube, dejando pasar el sol e iluminar lo que había debajo… que resultó ser un elegante navío de altos elfos, de blancas vestimentas y rubios cabellos. Habían conjurado la nube para protegerse de la luz del sol, que les resultaba muy molesta, y lánguidamente alzaron una mano para anunciar que venían con intenciones amistosas.

No sé si es que los dos estaban muy metidos en ser piratas, o que el odio al alto y estirado elfo está más extendido de lo que creía… pero los dos dijeron a la vez «¡pues les cañoneamos!» Y el navío saltó por los aires, esparciendo por doquier elfos cuyos cabellos, caras y vestiduras habían quedado como tras las explosiones de Ibáñez.

De esta guisa, más o menos.

Sin embargo, todo el mundo sabe que los elfos también son magos, por lo que antes de caer los tíos fueron capaces de conjurar un barco aéreo. Desde él se pusieron a reprender enfadados a los piratas, insistiendo en que sólo venían a ayudar. A los peques no les gustó semejante tratamiento proveniente de pijales aéreos recién explotados, así que volvieron a inclinar el Jolly Roger para disparar hacia arriba y les dispararon con todo lo que tenían. Éxito, por supuesto 😛 Con el susto el barco aéreo se disipó, y los humeantes elfos cayeron derechitos a la bodega del navío pirata, merced a otra exitosa maniobra del Capitán Esqueleto.

Y así acabó la aventura, con una bodega llena de prisioneros elfos que vender o pedir rescate, un cofre con el mejor café del mundo y varios más con especias que fijo que también son especiales… o mágicas. Y con algún deseo por cumplir, como el de encontrar una guarida propia.

Fondeando

Recuerdo haber leído que el rol era de las formas de entretenimiento más rentables que existían, calculando dicha rentabilidad como euros/hora de diversión. Y francamente, no recuerdo cuándo fue la última vez que pasamos una mañana tan divertida por tan sólo 3,5€. Es verdad que no todo el rol cuesta tan poco, pero vamos, si me quedaba alguna duda a la hora de comprar un PDF, ya no.

Sobre el Amazing Tales en sí, casi todo lo he ido comentando a lo largo de la entrada. No descubre la rueda, el planteamiento, la mecánica y los consejos para jugar con niños me resultan ya conocidos. Pero la maquetación y el arte entran por los ojos, y el modo de plantear las ambientaciones es suficientemente inspirador como para haberme impulsado a jugarlo.

En fin, me toca seguir tomando apuntes de aquí y allá, preparándome para la siguiente expedición. Por suerte, inspiración no me falta. Dos ediciones de 7º Mar, la senda de aventuras de Calaveras y Grilletes de Pathfinder, el ¡Piratas! de Ludotecnia o la serie de pelis de la Disney, por poner algunos ejemplos. Sólo queda salpimentarlo con lo que he leído, visto y jugado hasta ahora, que el género lo aguanta casi todo.

Sí, va a ser divertido.

 

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5 COMENTARIOS

  1. Muy divertida la partida. Con los elfos intuyo que te ha pasado lo mismo que a mí algunas veces con mis hijos: que me imagino que va a ser un encuentro tipo amistoso… y termina siendo de combate ;). Pero bueno, lo importante es que se lo pasen bien y que puedan llevar la historia por donde ellos quieran.

  2. Exactamente, el encuentro con los elfos iba a ser un giro de «parece a una amenaza» a «pos no era una amenaza», pero les pudo no sé si la fobia a los elfos o que estaban muy metidos en el papel de piratas malos. Lo cierto es que a mí me pilló tan de sorpresa que volví a intentar el diálogo con ese barco mágico volador… y nada, ya ves.

    A ver por dónde me salen en la siguiente aventura. Le echaré un ojo a cómo gestionan los GTAs las burradas de los jugadores, porque si siguen en ese plan… :-p

  3. Bueno, bueno, bueno… excelente ambientación has elegido, pardiez. Y los enanos se portan como deben portarse, que vaya con mis jugadores, ni son piratas ni so ná XDDD.

    Estoy pensando «pedírtelos prestados» una tard, para que se enteren mis jubiletas de cómo hay que comportarse, que menudos «somos amiguitos de todos» me han tocado, vaya pìratas de pega.

    Muy divertida la entrada, la estoy recomendando bastante por aquí.

    Un salujdazo 🙂

    • Jejejejeje, sabía que te iba a gustar ?

      Y que sepas que me he echado unas risas imaginándome a tus jugadores, pobrecillos, tratando de parlamentar con todo el que se cruzaban. Qué les habrá pasado para que prefieran el palique a la tralla ???

      ¡Un abrazote!

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